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FRANCISCO ÁLVAREZ-BUYLLA | Excoordinador de Cáritas Arciprestal

"En Cáritas atendemos a los que nos piden ayuda, sin necesidad de certificado"

"Lo que hace Italia con los migrantes me parece fatal: lo primero es salvar vidas"

Francisco Álvarez-Buylla, ayer, en la redacción avilesina de LA NUEVA ESPAÑA. RICARDO SOLIS

El reconocido periodista avilesino Francisco Álvarez-Buylla (1943) dejó la coordinación de Cáritas Arciprestal de Avilés el pasado día 14 después de tres años al frente. Sonia Artime Arias tomó el relevo.

- ¿Por qué se sumó a Cáritas?

-Había muerto mi mujer. Un día estaba en San Sebastián porque se casaba un hijo de un compañero de promoción. Entré en una iglesia, leí un folleto de Cáritas. Buscaba en qué ocupar el tiempo que ahora era todo para mí. Tengo un amigo, un compañero de cofradía del Entremés. Se llama Domingo Mariño y está en Cáritas desde hace años. Le dije que me llevara, que quería ver cómo trabajaban.

- Y le llevó.

-Hay un programa que se llama Labora. Consiste en entrevistar a personas sin empleo para conocerlas y poder ofrecerles alguno de los empleos que tenemos. Dije: "Es lo mío, es lo que llevo haciendo toda mi vida". Estuve con voluntarios veteranos y me metí. Al poco me vinieron a ver, me dijeron que me presentara para coordinar Cáritas. Apenas llevaba siete meses cuando pasó.

- No se retira del programa Labora.

-No, no. Voy dos veces por semana, cuatro horas. Hago las entrevistas, leo los currículos. Los trabajos que ofrecemos no son de alta cualificación: cuidar personas, acompañarlas al médico, limpiar una casa, ayudantes de cocina, algún camarero. También tenemos la bioescuela de Valliniello, que es donde formamos agricultores que luego pueden trabajar en plantaciones.

- ¿Qué ha sido lo mejor de estos años al frente de Cáritas?

-Las personas que he conocido: profesionales muy cualificados y de mucha categoría humana. En Cáritas atendemos a los que nos piden ayuda, sin necesidad de ningún certificado. Atendemos a todos igual: ni siquiera a pedimos que sea creyente. Muchos son musulmanes. Allí conocí a Juan Manuel Suárez, el antiguo arcipreste, y al actual, a Vicente Pañeda que, como digo, gana mucho en las distancias cortas. Él me dice, como en "Casablanca", que se ha forjado una hermosa amistad. Y no me quiero olvidar ni de Juana Mari Riestra ni de Angelita Carrillo, que me acompañaron estos tres años muy excelentes.

- ¿Y lo peor?

-Lo peor es tener delante de ti a un paisano de cincuenta años en paro, con familia, al que se le acaban todos los subsidios y al que no puedes ayudar. "¿Y qué hago?", me pregunta.

- Italia no deja entrar a los refugiados que salvan las ONG.

-Me parece fatal. Lo primero que hay que hacer es salvar a las personas, a los neninos. Es necesaria una reunión seria para encontrar una solución al mayor problema del siglo XXI. Pasa igual con los niños enjaulados: es indigno.

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