Durante estas dos últimas semanas, el parque de Las Meanas ha sido punto de encuentro para compradores de libros viejos, descatalogados u olvidados: la tradicional Feria del Libro Antiguo. Lo es tanto que esta tarde despide su edición trigésimo tercera (en Avilés pocas cosas cumplen 33 años). Los libreros achacan a la mala primavera (lluvias constantes) la escasa afluencia de público o, al menos, "no la misma que otros años". Esto se ha traducido en un nivel "corto" de ventas. En todo caso, la feria que se despide esta tarde ha sido la de las novedades (varios vendedores se acercaron por primera vez a la ciudad, otros ya son fijos, tanto como para saludar a los clientes fijos año a año).