Duró poco la noche más corta del año en Avilés. La ciudad se echó a la calle, cuando refrescó para hacer cenizas los malos espírutos. La foguera de San Xuan, como siempre en la plaza de Pedro Menéndez, congregó a centenares de personas. En el quiosco de la música del parque del Muelle, muchos se reunieron para disfrutar unas horas antes del concierto de "Luis Nuño y los fogazanes". Por toda la comarca, se repitieron las mismas estampas, desde Trasona, donde ardió una imitación del palomar de Nubledo y Hevia prendió la fiesta con su gaita, hasta Castrillón, Gozón y Soto del Barco, donde en La Arena se prendió una réplica de la fragata "Cala Esmeralda".

En Avilés, no se desaprovechó la oportunidad de atraer los buenos espíritus. Lo intentó la pequeña Julia Arias, de ocho años, que lo único que pidió "es pasar unas buenas vacaciones con sus padres". A la niña no le importó expresarlo en alto. "Me da igual porque se va a cumplir sí o sí", afirmaba, segura de sí misma, mientras su hernamo, Nicolas Arias, de tres años, no paraba de bailar al ritmo del grupo asturiano. La banda captó la esencia de la noche. "Esta canción se titula 'Guitarra vieya' porque esta noche es para deshacerse de lo que ya no se necesita", coreaba el vocalista, en la plaza de Pedro Menéndez, que a primera hora presentaba algunas calvas, pero que se animó poco antes de la hoguera.

Un rato antes, fue el turno de la danza prima. El momento favorito para el matriomonio formado por Manolo Pérez y Sara Ríos. Con la friolera de 42 años juntos, pueden presumir de haber visto siempre la hoguera en su ciudad. "Quizás la de Trasona tiene un poco más de ambiente", reconoció ella. "Lo mejor es la danza prima, es lo más bonito, lo que más tradición tiene", apuntaba él. Una vez que la pira fue solo cenizas, se retiraron a tomar algo rápido y para casa. "Ya no estamos para bares, eso ye para la juventud", dijeron casi a la vez. Juventud que encarnaban en la noche de ayer chavales como Martín Carreño y Pablo Herrero, de 17 años. "Tras un año duro, con exámenes y buenas notas, esta noche habrá que desmadrarse un poco", decían. Ajay Muppidi, un chico indio de 29 años, estaba expectante mientras explicaba que, en su país, la hoguera también se quema, pero que se hace en enero. "Avilés no me ha disgustado", valoró en inglés.