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FERNANDO ÁLVAREZ BALBUENA | Acaba de ser nombrado presidente de honor de la Sociedad Española de Optometría

"Veo con curiosidad que quienes operan los ojos también suelen utilizar gafas"

"Me hice óptico porque no me quedó más remedio: es el negocio de la familia desde finales de los años veinte"

Fernando Álvarez Balbuena, en la calle de Carreño Miranda. MARA VILLAMUZA

Fernando Álvarez Balbuena (Gijón, 1933) ha sido nombrado presidente de honor de la Sociedad Española de Optometría, una asociación que contribuyó a fundar en los primeros ochenta. Balbuena es óptico y, como consecuencia de ello, se hizo empresario, pero también es escritor y experto en el devenir político del siglo XIX. Siendo gijonés, es uno de los avilesinos de mayor relumbrón de la comarca.

- Vamos a hablar de optometría.

-La optometría es lo que vulgarmente se conoce como graduación de la vista. Opto-metría: medir el ojo. La Sociedad Española nació en los primeros ochenta. Antes de esa fecha, la óptica era una profesión artesanal: un médico te daba la receta y el óptico se limitaba a ejecutar esa receta en una gafa. Esta manera de trabajar originó un montón de complicaciones por las muchas manos por las que pasabas. En Estados Unidos, en Francia y en Inglaterra existía la profesión de optometrista, que defendía que la optometría no era un acto médico sino un acto físico. Por entonces, la óptica pasó a la Universidad y dejó de ser un oficio y se convirtió en una profesión universitaria. En esas estábamos cuando unos cuantos ópticos, que ya teníamos la optometría como estudio, fundamos la Sociedad Española.

- En los años ochenta.

-En los ochenta, sí. En ella sólo podían asociarse los ópticos colegiados. El primer presidente fui yo y el primer secretario fue el decano del colegio nacional de ópticos: no estaba bien que la presidencia de los ópticos y de la sociedad estuviera en una sola cabeza. Me eligieron a mí, que entonces yo mandaba bastante, era un poco cacique en el colegio nacional de ópticos.

- Y ahora regresa.

-La Sociedad celebró recientemente su aniversario. Fui presidente cinco o seis años hasta que dimití, porque la sede estaba en Madrid y mi negocio aquí: era complicado. Lo que ha pasado ahora es que reconocen aquel trabajo que llevé a cabo y me han nombrado presidente de honor.

- ¿Cómo está el sector?

-Mejoró muchísimo con respecto a aquellos años de los que antes le hablé. Prácticamente todos los ópticos están adscritos a la Sociedad Española de Optometría. Después de mi etapa como presidente participé en cursos, en seminarios de formación , viajamos a Canadá y a Estados Unidos. Nuestro modelo ha sido siempre la Sociedad Europea de Optometría, que tenía los mismos fines que nosotros.

- ¿Por qué es necesario estar en la Sociedad Española?

-Porque se ocupa más de la optometría que de la óptica. La óptica es hacer gafas y la optometría, como le dije, medir dioptrías. Nosotros miramos el ojo y si encontramos una patología, por leve que sea, tenemos una obligación de enviarlo al oculista. Nosotros somos un cribaje: vemos una anomalía y ya está, no la diagnosticamos pero alertamos. Cuando enviamos a alguien al médico lo hacemos sabiendo que no lo podemos graduar, porque antes de la graduarlo hay que curarlo.

- ¿Por qué se hizo óptico?

-Porque no me quedó más remedio. Mis aficiones eran otras: el Derecho, la Literatura, la Filosofía. Y a mí me hubiera gustado hacer otras cosas: era hijo único, nieto único y sobrino único. Y la óptica era el negocio de la familia. Cuando fueron retirándose mis mayores me preguntaron: "¿Quién va a seguir con esto?"

- ¿Quién fue el primer Balbuena óptico?

-Mi abuelo. Estamos hablando de finales de los años 20. ¿Quién iba a quedarse con esto si no había más descendiente que yo? Fui a Madrid, a diplomarme al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Ya por entonces se empezaba a discutir la necesidad de que la óptica fuera un título superior. Ahora es un grado: una carrera de cuatro años.

- ¿La operaciones de ojo son enemigas de los ópticos?

-No. Quien quiera operarse, está en su derecho, pero le diré que veo con curiosidad que quienes operan los ojos también utilizan gafas. Cuando hablamos de las lentes de contacto le diré también que siempre fui no contrario pero sí prudente. Nosotros ponemos muchas lentes de contacto; generalmente se ponen por una razón estética o deportiva, no por ver mejor.

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