Un joven corverano que responde a las iniciales J. B. B. ingresó ayer en prisión para cumplir una condena por robo dictada por el juzgado de lo Penal número 1 de Gijón. El corverano es, además, el supuesto autor de la agresión que sufrió el sargento de la Guardia Civil de Cancienes el pasado 24 de abril en Los Campos (Corvera) y tiene un amplio historial delictivo por "pequeños robos" al que se suma ahora la imputación de un delito contra la autoridad por la agresión al agente, en palabras de su abogado, Luis Tuero.

Uno de esos robos con fuerza, según la Guardia Civil, ocurrió en junio de 2017 en un bar de la localidad de Los Campos, donde supuestamente J. B. B. rompió uno de los cristales del establecimiento y accedió al interior del local del que se habría llevado 1.200 euros de la recaudación de las máquinas tragaperras.

Además, el corverano tiene dieciséis señalamientos judiciales interesando su detención y uno de ellos conlleva el ingreso en prisión, cuando salió condenado por los Juzgados de Gijón por un robo. Esos señalamientos son por delitos contra el patrimonio. "Tendrá cuatro juicios el mismo día, el 24 de julio, por robos; el resto está pendiente de instrucción", señaló el letrado. "Por el momento, quedó en libertad por el forcejeo con el agente, al que le causó lesiones leves, solo hubo un forcejeo y se escapó", añadió el abogado. Posteriormente, habrá juicio también por ese asunto y otros, pero aún no hay fecha.

La detención del joven corverano se produjo a primera hora de la mañana en el grupo de viviendas Antonio Carreño y Valdés de Cancienes. Un equipo de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la comandancia de la Guardia Civil de Gijón protagonizó una insólita y espectacular intervención en el poblado corverano. Ese dispositivo especial formado por una docena de agentes armados llegó a la vivienda del joven corverano hacia las 8.30 horas. La Guardia Civil tenía conocimiento de que J. B. B. residía en esa vivienda de Cancienes, parroquia en la que también está ubicado el cuartel del concejo. Primero, los agentes acordonaron el perímetro del domicilio y, según su relato, "necesitaron tirar la puerta ante su negativa a colaborar".

El ahora preso estaba en busca y captura desde hace varios meses, incluso antes de que agrediera al sargento del puesto de Cancienes. Ese día, el 24 de abril, cuando el sargento regresaba a su domicilio en su vehículo particular tras finalizar su jornada laboral, al poco de iniciar la marcha avistó al joven y puso el hecho en conocimiento de las patrullas de la Guardia Civil. El joven se subió a un autobús y cuando llegó a Los Campos, para evitar su huida, el sargento determinó actuar para proceder a su detención.

"La reacción ante la presencia del agente, en principio fue de resistencia activa, para después abalanzarse contra él, produciéndose un forcejeo entre ambos, recibiendo ayuda además de sus acompañantes, por lo que conseguía de nuevo su propósito de no ser detenido y huir del lugar", explicaron desde la Guardia Civil.

Días después de la huida de J. B. B., más concretamente el 8 de mayo, los agentes de la Guardia Civil localizaron a uno de los acompañantes del joven corverano el día de la agresión al agente. Fue entonces cuando la Benemérita detuvo a D. G. M., de 35 años, y también corverano por un supuesto delito de atentado a un agente de la autoridad. Mientras tanto, J. B. B. seguía escondido y evadido a la acción de la justicia. Finalmente, un equipo de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la comandancia de la Guardia Civil de Gijón llegó ayer por la mañana a Cancienes, entró en el domicilio del joven tras tirar la puerta y puso fin a meses de investigación.