Joaquín Sorolla es un pintor prolífico -cuenta con algo más de 2.200 obras catalogadas-. El industrial y filántropo asturiano Pedro Masaveu Peterson se hizo con 59 de ellas y constituyó la segunda colección privada más importante del mundo -tras las de la Hispanic Society de Washington-.

Hasta el próximo 6 de enero estarán casi todas ellas a disposición del público general en la cúpula del Niemeyer.

La muestra recoge obras desde la época más joven -cuando era estudiante de Bellas Artes- y hasta dos años antes de su retirada como pintor profesional.

La exposición la inauguraron esta mediodía el presidente del Principado -Javier Fernández- y el de la Corporación Masaveu -Fernando Masaveu. Además, de autoridades de la ciudad, como la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, o el presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega.

La muestra está comisariada por Blanca Pons-Sorolla. Se completa con dos más: "Notas de Asturias" y "Sorolla en su paraíso". En la primera se recogen apuntes paisajísticos de la desembocadura del río Nalón y en la segunda, buena parte de las fotografías en las que el artista posó como modelo.

"Pedro Masaveu. Pasión por Sorolla" es una muestra que promueve la Fundación María Cristina Masaveu Peterson y la organiza la propia Fundación del Centro Niemeyer de Avilés (Asturias).

Rinde homenaje, en el veinticinco aniversario de su fallecimiento, al empresario y filántropo Pedro Masaveu Peterson (1938-1993) a través de su amor por el arte que se manifiesta especialmente por su predilección por el pintor Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923), una de las personalidades más ricas, prolíficas y fascinantes que ha dado la historia de la pintura española moderna.