La segunda colección privada de cuadros del pintor Joaquín Sorolla más importante del mundo la logró juntar a lo largo de su vida el industrial y filántropo asturiano Pedro Masaveu Peterson. Fueron al final 59 lienzos de todos los tamaños y de todas las temáticas; el mejor impresionismo europeo reunido bajo el mismo techo. Todos sus cuadros -sólo uno se ha quedado fuera: el que está en el Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid- se exhiben, desde ayer y hasta el próximo día de Reyes, en la cúpula del Centro Niemeyer, en Avilés. Y es que la muestra "Pedro Masaveu. Pasión por Sorolla" es el hito expositivo más importante que ha acogido el complejo cultural de la ría desde su apertura.

La Fundación María Cristina Masaveu Peterson ha sacado a la calle su tesoro más impresionista: la mejor obra del pintor español más reconocido del primer tercio del siglo pasado. Y este tesoro brilla aún más con las aportaciones del Museo de Bellas Artes de Asturias y del propio Museo Sorolla. Toda esta combinación inusitada ha colocado a Avilés, desde ayer, en la misma orilla del Mediterráneo que tantas veces quedó atrapado en los lienzos de un autor que concluyó su vida habiendo firmado más de 2.000 pinturas que están colgadas en los centros culturales más señeros de todo el mundo.

Explicó Blanca Pons-Sorolla, la bisnieta del artista, que la exposición que ayer se abrió -"Pedro Masaveu. Pasión por Sorolla"- "no es un recorrido cronológico" por la obra del valenciano. Y, sin embargo, cuenta con obras que van de su época de estudiante de Bellas Artes -una copia de una obra de Velázquez- y hasta su madurez más aplaudida, "cuando ya era toda una celebridad", en palabras de Consuelo Luca de Tena, la directora del Museo Sorolla, la responsable de "Notas de Asturias" y "Sorolla en su paraíso".

La Corporación Masaveu y el Centro Niemeyer sellaron una alianza el pasado mes de abril para que durante seis meses la cúpula levantada por el arquitecto Oscar Niemeyer -su última obra construida- fuera el espacio ideal para ver "cómo cambia la luz a lo largo del día y en cada uno de sus lienzos", en palabras de Pons-Sorolla. "Eso es lo mejor de su obra", añadió Luca de Tena. La luz y sus pinceladas graves quedan patentes en cuadros tan reconocidos como "Corriendo por la playa", uno de los más emblemáticos del valenciano, la imagen corporativa de la exposición que visitaron el presidente del Principado, Javier Fernández, y Fernando Masaveu, el presidente de la Corporación Masaveu y también de la fundación que protege el legado coleccionista de Pedro Masaveu, el primer presidente de la Fundación Princesa de Asturias (en su época, en los primeros años ochenta, todavía Príncipe); un legado -el segundo mejor del mundo tras el de la Hispanic Society- ya al alcance de la mano. Seis meses enteros.