La concesión para la explotación del campo de golf Los Balagares está a punto de cambiar de manos. La licencia está embargada por una deuda que la actual empresa adjudicataria tiene con el Ayuntamiento de Corvera y, tras quedar desierta la subasta pública, parece que todo está encarrilado para que la concesión pase a un nuevo adjudicatario y las arcas municipales reciban el dinero. Desde Servicios Tributarios del Principado, encargado del proceso, afirman que la adjudicación de la concesión marcha por buen camino: se recibieron varias ofertas y la mesa encargada de estudiarlas ya ha elegido una de ellas. Ahora, queda estudiar la documentación y ver que todo está correcto para cerrar el acuerdo, algo que según el Principado, "tiene sus plazos".
Este proceso de adjudicación directa llega en pleno décimo aniversario de la instalación de ocio. Por estas fechas, hace diez años, el campo de golf estaba a punto de abrir sus puertas. Los 326.776 metros cuadrados de verde, con 18 hoyos, estaban ya listos y homologados por la Federación Española de Golf para que los amantes de este deporte empezaran a disfrutarlos. Hoy sigue abierto, pero la empresa que tiene la concesión por 50 años no afronta los pagos que debe realizar al Ayuntamiento y ha cedido a su vez la gestión a otra empresa para que saque adelante las competiciones y los entrenamientos.
Concretamente, el embargo viene por los impagos al Consistorio de los impuestos y plusvalías derivados de la venta de los terrenos y de la cuota de concesión. La actual empresa adjudicataria, a la que se le embargó la concesión, es Dolabay Erma, la misma que construyó la urbanización de Los Balagares, que también ha sido un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento. El alcalde, Iván Fernández, ha explicado en varias ocasiones las "extrañas" circunstancias de la concesión del campo de golf: "La USPC y el PP se la regalaron a Dolabay Erma por 3.000 euros al año, una cantidad irrisoria que además es por medio siglo y sin actualizaciones del IPC".
Como ocurre con los bienes embargados por este motivo, primero pasó por un proceso de subasta pública, que quedó desierta, pero en este nuevo proceso, por adjudicación directa (más flexible), sí ha habido empresas interesadas.
