Pasadas las dos de la tarde de ayer un vecino de Toledo falleció súbitamente en el casco histórico Avilés, presumiblemente, a causa de un fallo cardíaco.

La muerte sobrevino después de una indisposición que, según ha sabido este periódico, le había alarmado de manera sobresaliente. Tanto que él mismo había solicitado ayuda a profesionales sanitarios de una clínica privada. Su personal le atendió de inmediato omitiendo incluso el protocolo de admisión, a la vista del cuadro de síntomas que presentaba (todo apuntaba a una dolencia cardiovascular). Pese a que se desplegaron medios humanos y técnicos adecuados para tratar un problema cardíaco, el hombre terminó falleciendo.

El velatorio del toledano se celebra en su localidad de origen, a donde fueron trasladados sus restos mortales.

La muerte del hombre despertó la curiosidad de vecinos y clientes de bares -es una zona muy concurrida a la hora del vermú.

Al lugar se desplazaron cuatro dotaciones policiales. El levantamiento del cadáver y su traslado al depósito se produjo sobre las 14.00 horas de la tarde en vehículo funerario. Algunos familiares llegaron a personarse en la zona. Ellos fueron los que reconocieron el cadáver y los que dispusieron todo para que los servicios de pompas fúnebres lo llevaran a su lugar de procedencia.