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Llamaradas en las iglesias

Publican cuarenta fotografías sobre la destrucción de templos avilesinos durante la Guerra Civil

Estado en que quedó la capilla de la familia de los Alas tras el paso de los rojos.

El 21 de octubre de 1937, Avilés cayó. O fue liberada, según el punto de vista. En todo caso, entonces fue cuando la columna Ceano entró en el concejo por la carretera vieja de Oviedo y las banderas falangistas desfilaron por la avenida de Lugo: Asturias dejaba de ser núcleo partidario del Gobierno de la República.

"Sólo unos días después, comenzó el balance de daños", señala el historiador Pablo Martínez Corral, el autor de "Memoria y olvido en la quinta de Pedregal". El fruto de ese balance -más de cuarenta fotografías- está a disposición de cualquier investigador en la página web de la Biblioteca Digital Hispánica. "Las fotos habían pasado al Ministerio de Información y Turismo y finalmente a la Biblioteca Nacional. Algunas ya habían sido publicadas, pero nunca hasta ahora con esta calidad", recalca Martínez Corral.

Los reporteros nacionales recorren la ciudad entre los días 24 y 25 de octubre. Su interés se centra en el estado de varios templos, así documentan la actual iglesia de San Antonio (entonces, de San Nicolás) que "fue saqueada" y donde se incendiaron todos sus altares e imágenes", según recogen los pies de fotos mecanografiados. Pasa algo semejante en la capilla de la familia de Los Alas, que "fue completamente destrozada y violados sus sepulcros".

El templo de calle de la Ferrería es el edificio más antiguo de la ciudad y según recoge la Causa General el Padre Guardián -el responsable de los franciscanos- se encontró el 1 de noviembre con que "la iglesia no tenía puertas, ventanas, retablos ni piso; el interior era un montón de escombros y de basura, al extremo de abundar en algunos lugares; excrementos humanos. Los muros y bóvedas tenían grandes boquetes abiertos y los techos carecían, en gran parte de sus tejas, de la torre faltaban las campanas y del coro sólo había quedado la bóveda". El recuento de imágenes desaparecidas están el Cristo de san Nicolás, una Virgen Dolorosa y una virgen del Carmen.

"Entre el 3 y el 4 de septiembre de 1936, es decir, al poco del Golpe de Estado, se desató la violencia en Avilés", explica Martínez Corral que, tras estudiar la represión de los nacionales, investiga ahora las huellas que dejaron los rojos en el patrimonio histórico avilesino. En este sentido, el párroco de Miranda de 1937 envió un informe a la Causa General y en el que se lee, por ejemplo, "que desaparecieron los altares, los retablos, y hornacinas" en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán. "El retablo correspondiente al Altar Mayor era magnífico por su talla y dorado", especifica.

Cuenta seguidamente que en el campo de Santa Ana se quemaron las imágenes de Santo Domingo, San Antonio de Padua, San Gregorio, San Miguel Arcángel, La Asunción, El Carmen, la Dolorosa, San José, la Purísima, El Rosario, Jesús Atado a una Columna, el Niño Jesús, la Virgen Niña, el Niño Jesús en la Cuna, el Sagrado Corazón y la Virgen Milagrosa. Además, ardieron los confesionarios, libros litúrgicos, el armonium y otros objetos de culto. Se da la circunstancia de que la gran hoguera se levantó en el lugar en que había estado la capilla de Sant Ana "destruida tras las elecciones de 1936" (en las que venció el Frente Popular). La hija de José Menéndez, el Rey de la Patagonia, se fotografió en ella en 1895, junto a su reciente marido Maurico Braun.

Los informes de los nacionales se sumaron a un juicio general contra los partidarios de la República. El bibliotecario avilesino Luis Menéndez "Lumen" - "Nuestro Lorca", dice Martínez Corral- fue interrogado al respecto porque pertenecía al comité de Guerra: "No pudo parar la quema de objetos, pero si el incendio de Sabugo", recalca el historiador.

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