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Favila: "Sorolla iguala a Velázquez"

El artista avilesino alaba la muestra del Niemeyer, con especial atención a los bocetos y a cuadros como "Cosiendo la vela": "Es pura alegría"

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Favila se reencuentra con Sorolla

"Es una delicia tener a Sorolla en Avilés, pintor que destaca por el tratamiento de la luz", señala el también artista Amado Hevia, Favila, durante una visita a la exposición "Pedro Masaveu pasión por Sorolla" que se exhibe en la Cúpula del Centro Niemeyer. Promovida por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, la muestra despierta la sorpresa del pintor avilesino nada más acceder al recinto dado la singular instalación de las obras "que parecen suspendidas en el aire". "Está muy bien estudiada, desde un ángulo puedes controlar todos los cuadros", comenta. Y es que los lienzos se presentan colgados de un vidrio que a su vez está fijado a un cubo de hormigón. Otro aspecto que llama la atención del pintor es la luz "ya que los focos no dan sombras". "En algunos casos, Sorolla superó a Velázquez", dice.

A diferencia de la mayoría de los visitantes, Favila centra la mirada en los bocetos que acompañan en el recorrido a los grandes y luminosos cuadros, aunque sin dejar pasar la oportunidad de recrearse en el conjunto de las pinturas del creador valenciano que reflejó como pocos los amaneceres y atardeceres del Mediterráneo. "Para un pintor ver el boceto tiene más interés que el propio cuadro porque a través de él entiendes la concepción del artista", explica quien conoce bien a Joaquín Sorolla porque estudió en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos en la capital del Turia. "Tuve la suerte de tener un padre al que le gustaba Sorolla; además, me mandó a la academia de Vicente Santarúa, que había estudiado en Valencia, y me transmitió algunos trucos para hacer el examen de ingreso en Bellas Artes. Me aconsejó que una vez allí hablara con un ujier del Museo que también trabajaba en la Facultad", relata. De la mano de este hombre ya fallecido y que había conocido al propio Sorolla, Favila tuvo la oportunidad de conocer las entrañas del centro museístico valenciano y los sótanos donde se encontraban dibujos del artista. "Para mí ha igualado e incluso superado a Velázquez en muchos casos", afirma con rotundidad.

De entre los 58 cuadros que integran la muestra en el centro cultural de la ría, Favila dirige la atención hacia "Cosiendo la vela", de 1904, por ser uno de los que aglutina las características que definen a Sorolla como el pintor de los blancos, en este caso bañados por la luz del atardecer. El lienzo recoge a dos hombres sentados en la arena de la playa repasando la lona de un barco con la orilla del mar de fondo. "Hacía que hubiera varias tonalidades de blancos, color con el que derrochaba empastes, era generoso, pero es que en las sombras también ofrece una gran riqueza de matices; en cuanto a los oscuros, los deja leves, casi en una mancha", anota Favila. Igualmente, resalta los encuadres: "Al tener contacto con la fotografía a través de su suegro, con el que trabajó de iluminador de fotos, hace unos encuadres fotográficos, una composición muy moderna para su tiempo".

Pintar al aire libre

La reiterada presencia de las playas mediterráneas en la producción de Sorolla da buena cuenta del afán que sentía por pintar al aire libre. "Era plenairista y lo hacía porque le gustaba la luz, plasma escenas que parecen pilladas en un segundo", refiere Favila al indicar que trabajaba en la playa de la Malvarrosa bajo un sol sofocante y sin gafas, "por eso decían que tenía unas pupilas y retinas superdotadas". La referencia al arenal valenciano lo lleva a posar la vista sobre los cuadros "Corriendo por la playa" y "Nadadores", ambos protagonizados por niños. Del primero realza la expresividad y el aire que mueve los vestidos de dos pequeñas mientras el menor corre desnudo. Del segundo apunta "la dificultad del movimiento de los pequeños que nadan", los reflejos y cómo se aprecia la parte del cuerpo bajo el agua con tonalidades más veladas.

Tampoco pasa desapercibido para el profesor de la Escuela de Artes y Oficios "Transportando la uva. Jávea". Al observar esta escena costumbrista vinculada al mundo del trabajo comenta que Sorolla fue "más naturalista que impresionista" al tiempo que analiza con detenimiento las uvas. "Pinta dos o tres y para el resto hace una masa consiguiendo el efecto de ver unos racimos".

A lo largo de la muestra que permanecerá abierta al público hasta enero de 2019, el pintor avilesino también pone de relieve la faceta del Sorolla retratista. "Era uno de los mejores", recalca. Comenzó en este género por una cuestión económica, dice, y le llevó a realizar un número muy amplio, algunos de grupo, caso de "La familia de don Rafael Errázuriz Urmeneta", de gran tamaño y situado a la entrada de la exposición. "En este lienzo barroquista veo 'Las Meninas' de Velázquez por la composición, la luz y hasta la puerta que figura al fondo; hay que tener en cuenta que a Sorolla le entusiasmó de Velázquez la atmósfera que mueve las imágenes", aclara Favila, a la par que habla de la vinculación del autor valenciano con la Hispanic Society of America, fundada por Archer Milton Huntington, un enamorado de la cultura hispánica que impulsó el trabajo de Sorolla en su última etapa.

También destaca la vinculación del valenciano con Asturias. "Estuvo en varias ocasiones en la Colonia en Muros del Nalón y, aunque aquí no tenía la luz del Mediterráneo ni contaba con el paso de las nubes y los cambios del tiempo, reflejó el paisaje y algunas situaciones costumbristas", expone Favila sin olvidar la caja que allá donde fuera llevaba consigo para tomar apuntes.

La presencia en los lienzos de su familia, amigos, trabajadores o gente de la clase alta revelan, según Favila, que Sorolla "fue un hombre feliz". "Todos los cuadros dan alegría están humanizados y en ellos sacaba lo bueno de cada persona", subraya para dirigirse al protagonizado por Clotilde García del Castillo, esposa del pintor, junto a sus hijas Elena y María, datado en 1910. Se encuentran sentadas en un banco en el jardín rodeadas de vegetación. Esta obra realizada al aire libre, según Favila, "define el espíritu de Sorolla: copiaba la naturaleza tal y como la veía".

La época preciosista de Sorolla está igualmente representada en la muestra con títulos como "Familia segoviana", entre otros. Este estilo caló en el pintor por influencia de Fortuny, indica Favila, que pone de relieve el interés que despertó en el artista valenciano las distintas tendencias. "Si hubiera vivido más seguro que habría llegado al vanguardismo", concluye finalizado el recorrido por la exposición que espera visitar con sus alumnos: "Hay que aprender a pintar, coger de las tendencias y los artistas que te rodean y adaptarlo a tu estilo".

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