Con bata, pijama, mandil y zapatillas se fueron ayer de fiesta un buen número de jóvenes con ganas de pasarlo bien. Lo hicieron en casa ajena en una nueva edición del festival "Andar por casa", que cada año suma adeptos. En torno a las ocho de la tarde, el grupo informal "Como Pedro por su Casa" impartió entre risas un "rito de iniciación", luego, empezó el recorrido por nueve viviendas particulares y el velero Diosa Maat, de Ecologistas en Acción. Esta edición contó con tres rutas diferentes, de las cuales aquellos que se animaron a participar debían escoger una de ellas. "Es una pena que solo se pueda escoger una", lamentaba Daniel Pazos, participante en varias ediciones. "Al final, abrir sus casas es cultura", decía convencida Clara Lozano Sastre, una de las organizadoras que empezó cediendo su propia casa para la edición pasada.

Las propuestas que se ofrecieron en los domicilios, muy variadas: desde talleres de cocina a lectura de poemas, pasando por "porno vintage" o conocer de primera mano la vida en un barco, gracias a Ecologistas en Acción, que abrió para la ocasión el barco "Diosa Maat".

Eran muchos los que tenían esta fecha marcada en el calendario desde hace tiempo, como es el caso de Belén Serdio, Mar Pérez y José María y Adolfo García, de Avilés. "Nosotros lo vimos en el periódico y decidimos animarnos. Además, nos encanta la cocina y vamos a tirar por la ruta que tenga más talleres de cocina", comentaban, casi al unísono. "El tema de la comida está en todas las rutas a la hora de cenar. Nos pareció una buena manera de hilar la hora -sobre las 22.00 horas- con un taller de cocina", cuenta uno de los nueve organizadores de esta edición. A diferencia de los vecinos de la villa, Vanesa Cabañín y Patricia Prendes venían desde Candás por primera vez a participar en el festival. "No teníamos nada que hacer por allí y decidimos acercarnos para vivir la experiencia", comentaba Prendes, ante la atenta mirada de su amiga.

Varios participantes aparecían customizados para andar de casa en casa en las actividad; otros, pedían a los organizadores que les cediesen un mandil. "Normalmente, el primer año suelen venir vestidos normal. Una vez que repiten ya no se ven ridículos viniendo en pijama", decía Jasón Pereira, organizador del festival. Este año, el tema era "las cosas que nos dan miedo de las casas", debido a coincidir con el temido, por leyenda popular, viernes 13. La edición tenía previsto terminar a medianoche con bailes en la plaza de Alfonso VI.