La carretera que une Avilés y Luanco es un punto negro en la comarca. Ayer se volvió a demostrar con un nuevo accidente de tráfico en el que, por suerte, no hubo heridos graves. En torno a las diez de la mañana se registró un choque frontal entre dos vehículos aunque sus ocupantes solo tuvieron lesiones leves. Por precaución, fueron trasladados al Hospital San Agustín, en Avilés.

El accidente se produjo a la altura del kilómetro 7, en una curva. Según las primeras hipótesis, un taxi Peugeot blanco, de Gozón, conducido por R. F. R., vecino de Cardo de 56 años, se salió del carril por el que circulaba en sentido hacia Luanco y chocó frontalmente con un Chrysler gris, conducido por J.A.G.A, que circulaba en sentido contrario, hacia Avilés. Al lugar del accidente acudieron de inmediato dos patrullas de la Guardia Civil de Tráfico. También se desplazó la Policía Local de Gozón pero no fue necesaria su colaboración. Las ambulancias llegaron desde el Hospital de Avilés.

El impacto fue muy fuerte, quedando los dos vehículos muy dañados. En el entorno del taxista se asegura que el vehículo ha quedado "para el desguace". R. F. era el taxista de guardia en Luanco, en una noche de mucho trabajo debido a la celebración en la villa de las fiestas del Carmen. El último trayecto realizado fue con destino a Avilés, donde dejó a los clientes y emprendió el regreso solo.

Preocupación

Todas las hipótesis, desde el entorno de sus compañeros y de la Guardia Civil sobre el terreno, apuntan a que el taxista, cansado, se durmió en el trayecto de vuelta, momento en el que invadió el carril contrario en una curva. El otro vehículo, en el que viajaba un solo ocupante, no pudo evitar el impacto.

A lo largo de la mañana, los compañeros del taxi de R. F. en Luanco intentaron ponerse en contacto con él, sin éxito, ya que tenía el teléfono apagado. "No sabemos por qué no coge el teléfono", manifestaban con preocupación, aunque pronto supieron que "son sólo magulladuras".

Con alivio al saber que la situación era favorable, comentaban que "todo trabajo tiene su riesgo"." Y tenemos que hacer el verano para luego aguantar el invierno. Y es muy largo", reconocían los taxistas.