Buena parte de las obras de la calle Santa Apolonia finalizaron hace aproximadamente un mes y aún siguen dando que hablar. La culpa la tiene la línea divisoria entre carriles, que antes era continua y, tras la renovación integral de la vía, se ha vuelto discontinua. Todas las voces coinciden en algo obvio, que la calzada es más estrecha que antes, pero discrepan sobre la idoneidad de haber puesto esa raya. "Por haber no había ni línea, estaba borrada", ironiza Manuel Menéndez, mientras pasea por el barrio de Villalegre. A su lado, Marta Vázquez, considera que la nueva es "peligrosa" dado que da la posibilidad de adelantar.

"Para los que conocen el barrio no habrá problemas, pero puede ocurrir cualquier cosa si a alguien se le ocurre adelantar en algunos puntos", señala Vázquez. Ignacio García es de la misma opinión. "No entiendo por qué no dejaron la línea continua, es una carretera muy estrecha como para permitir los adelantamientos. Ojalá no pase nada, pero va a ocurrir una desgracia como no se vuelva a hacer una línea continua, como en el resto de la calle hasta Los Canapés -ese tramo de calle está aún sin ejecutar-", comenta García, que echa un cigarro junto a una antigua casa de indianos.

Jerónimo Lana conversa sentado en un banco con su amigo José Brun. Ambos ven adecuada la línea discontinua. "Hay muchos accesos a garajes y veo mejor que esté la línea que separa los carriles que la que había antes, que apenas se veía. La obra quedó muy bien. Ahora podemos torcer con el coche donde queramos", indica Lana, mientras apunta con su brazo derecho la cantidad de garajes que hay en uno de los tramos de la avenida que une Los Canapés con Las Vegas. Están en Villalegre, a un centenar metros del antiguo cine Ráfaga. Brun también opina sobre los posibles adelantamientos que es posible hacer ahora con la raya discontinua: "La calzada es más estrecha, y no creo que a nadie se le ocurra adelantar ni correr, sino que pongan señales de velocidad para recordar. La obra quedó bien".

La mejora de Santa Apolonia no está finalizada. Aún queda acometer el reasfaltado del entorno de la marquesina, donde se ha dibujado una rotonda que dará acceso al Pozón y también a Llaranes. Por el momento, el Ayuntamiento ya ha licitado el traslado y la consiguiente reparación del firme. El presupuesto final de esa actuación ronda los 90.000 euros. La marquesina será trasladada a un terreno de la calle río Cares. Las empresas que concurran al concurso para ejecutar la obra tienen de plazo hasta el próximo día 24 para presentar sus propuestas y posteriormente tendrán dos meses para ejecutar la obra. Mientras tanto, en el tramo ya finalizado de Santa Apolonia, los vecinos debaten sobre si la línea discontinua que divide ambos carriles fue la opción correcta.