"No vamos a poner ni bombas ni minas; ni vamos a matar a nadie. Solo queremos divertirnos e impulsar la práctica de una actividad que fomenta el trabajo en equipo y cuida el medio ambiente". Así de contundente respondió ayer David Tirados, de la asociación Ástures de Airsoft, al rechazo de varios vecinos y de IU a que esta práctica se generalice como ocio en la carbayeda de Solís. "Somos responsables con el medioambiente y estamos en el bosque como cualquier caminante", señaló Tirados, que además hizo hincapié en que el material utilizado por las armas son residuos biodegradables.

El airsoft es una actividad al aire libre basada en la simulación de tácticas de guerra con armas falsas. Los jugadores asturianos declaran que llevan dos años peleando con las autoridades para conseguir los permisos necesarios para divertirse en Solís. "Tenemos el miedo en el cuerpo. Llevamos dos años consiguiendo los permisos para jugar en el bosque como en cualquier otro lugar y ahora nos quieren torpedear", afirmó Tirados. Los ediles de IU también denunciaron que la práctica de esta actividad supone un perjuicio para la fauna y la flora de la carbayeda. Los jugadores resaltan "lo desafortunado" de estos comentarios. "Pocas veces hemos visto animales por la zona y, cuando pasa alguno, paramos el juego y le dejamos paso; no vamos a hacer daño a nadie", afirmaron los "guerreros".

La práctica del juego con armas simuladas está regulada y desde el club de airsoft asturiano instan a las asociaciones y a las autoridades a jugar una partida cuando quieran. "Verán lo que es el respeto a unos valores y el trabajo en equipo, simplemente se juega por diversión y todo está en regla", resumieron los aficionados a esta actividad lúdica.