Los luanquinos se dieron cita ayer en el alto de la ermita de Santa Ana de forma "masiva" después de semanas de dudas sobre el futuro de la celebración. La procesión, misa y merienda en homenaje a la Virgen fueron los actos centrales de una tradición que se remonta al siglo XIX y que, a tenor de los visto, tiene cuerda para rato.

La celebración de este año ha sido posible gracias a la iniciativa popular, gracias sobre todo al impulso de la Asociación "Avante". "Algunos de los que han venido a poner la música se ofrecieron ellos mismos", aseguraba Cuco Fernández, encargado de sacar adelante la festividad. "No podíamos dejar se perdiera tras 133 años, y estamos viendo que la acogida va a ser masiva", declaró el máximo responsable del colectivo.

Las mesas se extendían a lo largo del prado repletas de comida, bebida y una buena porción de nostalgia. "Después de la procesión y de la misa vienen las familias con las empanadas y las tortillas", decían Margarita Costales y Maite González, ambas pertenecientes a la familia De La Cuesta, una de las más conocidas de Luanco. Si bien estas costumbres aún perduran, entre las pérdidas que más se añoran, por otra parte, se encuentran las antiguas orquestas y las barracas que se montaban alrededor del recinto. "Ahora tienes que traerte la bebida de casa", se lamentaba Manuel Ángel Artímez, natural de la tierra, que acudió con una botella de sidra de fabricación casera. Asimismo, aseguraba que, para el año que viene, ya se ha designado "mayordomo", alguien que asuma la organización. "Antes se hacía una votación y el cura hacía el recuento para elegir quién se encargaría. Ahora no se hace así, pero siempre será un vecino de Luanco", explicaba.

A sus 92 años, Socorro García, que se encontraba junto a la ermita con otros veteranos, reconocía no haberse perdido ninguna ocasión. Más conocida como "Maruja La Cuesta", explicaba cómo era uno de los ritos más característicos de este día. "Los hombres y las mujeres veníamos a cantar y a bailar la 'danza prima', un baile muy popular en el pueblo. Antes esta fiesta era grandísima", concluyó.