Un hombre de 51 años que responde a las iniciales J. A. L. L. protagonizó ayer un suceso de película en Coto Carcedo (Castrillón). Tras discutir con su pareja en una conocida sidrería de Avilés y ante el temor de una denuncia de la mujer -aseguró tener antecedentes por violencia de genero- se desplazó a su piso, un tercero en el número 3 de la calle Peña Ubiña, donde se atrincheró durante unas tres horas amenazando con prender fuego al bloque de viviendas y quitarse la vida. La Guardia Civil activó entonces un dispositivo de emergencia. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron agentes de Gijón y Avilés, así como de la Unidad de Reacción Operativa (URO). También participó en el operativo la Policía Local de Castrillón. J. A. L. L. está detenido como autor de un supuesto delito de violencia de género y está previsto que a lo largo de la mañana pase a disposición judicial.

Visiblemente nervioso, según medios policiales, el vecino de Coto Carcedo requirió la presencia de un mediador. Y lo tuvo. Durante tres horas un psicólogo de la Guardia Civil mantuvo contacto telefónico con él hasta que depuso su actitud y salió de la vivienda escoltado por los agentes que lo trasladaron al Hospital San Agustín para que pasara un reconocimiento médico. El caso quedó luego en manos de la Policía Nacional, que al cierre de esta edición no precisó si el hombre estaba o no detenido por supuestos malos tratos a su pareja.

El propio acusado explicó a este diario su actitud: aseguró no querer ir a la cárcel y mostró su temor a que le trasladaran a la prisión por sus antecedentes penales por delitos relacionados con la violencia de género. Al parecer y según las primeras investigaciones, J. A. L. L. discutió con su mujer ante la presencia de al menos dos menores de edad en un restaurante como consecuencia de una denuncia judicial. La supuesta víctima salió escoltada del local tras encerrarse en el servicio. "Decía que tenía miedo", explicaron testigos. Luego todo siguió como un guión de película. El hombre se atrincheró en su piso y los vecinos de Coto Carcedo siguieron el suceso tan incrédulos como expectantes.

Si bien la Guardia Civil no desalojó el edificio en el que se atrincheró el hombre sí acordonó la zona y prohibió el paso de personas y vehículos por las inmediaciones de la calle Peña Ubiña. Solo dejaron pasar al cerrajero, que debió abrir la puerta de la vivienda al encontrarse los agentes con un problema con la cerradura: la llave estaba rota dentro del bombín por el interior de la casa.

Los vecinos aseguraron conocer solo de vista a la pareja, que vive en las inmediaciones del local de la asociación de vecinos y el parque infantil. "A veces ven el fútbol en el bar y es un hombre que se altera con facilidad", atinó a decir un residente. El hombre salió de la vivienda sin lesiones, según comunicaron los agentes desplazados.

Su pareja, por su parte, también acudió a mediodía al Hospital Universitario San Agustín supuestamente con una fuerte crisis de ansiedad. La Policía Nacional rehusó decir si existían denuncias por malos tratos previas y si ayer formalizó una denuncia contra su pareja por el altercado en la sidrería. De esto depende, en gran medida, la culpabilidad que pueda caer sobre el castrillonense. "Con lo tranquilo que es esto y tenemos que protagonizar una cosa así", lamentaba otra vecina.