La entrega del premio "Jamón de Plata Negra Grande Covián" a los hosteleros Justo García Castrillón y Lola Hernández, propietarios de la sidrería Yumay de Villalegre, y el nombramiento del psiquiatra Juan José Martínez Jambrina como cofrade de honor de Gastrónomos del Yumay sirvieron ayer para estrechar lazos entre el mundo de la investigación y el arte de la gastronomía porque, como señalaron Pepa Sanz y Miguel Pocoví, catedráticos de las universidades de Oviedo y Zaragoza, respectivamente, "entre ciencia y arte hay poca diferencia". La conjunción de gastronomía e investigación dio pie al rector Santiago García a anunciar que "desde la Universidad de Oviedo luchamos para que haya un grado de Gastronomía y Ciencias Culinarias", si bien no adelantó plazos ni ofreció más información sobre la implantación de dichos estudios.

El acto, que reunió en un ambiente distendido a representantes de ámbitos tan dispares como la ciencia e investigación, la política -con alcaldes y concejales de Avilés, Valdés, Pola de Allande, Colunga y Gijón-, las cofradías gastronómicas y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, sirvió para reconocer el trabajo de "dos artistas de la alimentación", indicó Sanz. Mientras, Pocoví lanzaba elogiosos calificativos hacia los platos que elabora Lola Hernández, destacando las doce variedades de arroces y postres como el tocinillo de cielo, con el cual, dijo, "nos ponemos en el séptimo cielo".

La cocinera galardonada, por su parte, hizo un breve repaso a la trayectoria de la familia al frente del negocio, destacó el papel de la mujer en los fogones y, sobre el premio recibido dijo que "en esta edición no encaja en la línea establecida ya que busca profundizar en la gastronomía, alimentación y salud; queremos premiar la investigación científica y médica para que el mundo sea mejor".

La figura de Martínez Jambrina, por su parte, fue glosada por Teresa Domínguez, concejala de Corvera y cofrade de Gastrónomos del Yumay. En su intervención destacó la dimensión profesional y, sobre todo, la calidad humana del psiquiatra nacido en Zamora, criado en León e impulsor en el hospital San Agustín de Avilés del Tratamiento Asertivo Comunitario. El especialista, por su parte, agradeció el reconocimiento y ante los asistentes vinculó la salud mental con la gastronomía. "Quien es buen cocinero, dedica tiempo a la cocina, sabe lo que lleva la elaboración de un buen plato e, incluso, es capaz de valorar cómo se crían determinados ingredientes que llegan a la mesa, suelen ser personas apacibles que gozan de buena salud mental", manifestó.