Doce años después de su primera exposición en el palacio de Valdecarzana, Francisco Ovies vuelve hoy al edificio cultural de la calle El Sol para presentar una muestra compuesta por 21 lienzos en los que inmortaliza escenas de Asturias, desde marinas hasta entornos rurales, pasando por calles y plazas y bodegones sobre los que vuelca altas dosis de meticulosidad y búsqueda de la perfección.

Aficionado a la pintura y a la fotografía desde la juventud, Ovies capta con la cámara las imágenes que luego reproduce con los pinceles. "Pinto lo que veo y aquello que me llena", señala este artista amateur que realiza una media de ocho o diez cuadros al año. "Me cuesta mucho empezar uno, decidir lo que voy a pintar, pero una vez que arranco soy muy trabajador porque considero que ante un lienzo hay que ser constante", añade.

De entre la veintena de obras expuestas, dos han sido utilizadas para sendos carteles del festival del oricio de Bañugues y en una de ellas aparecen el padre y el tío del artista recogiendo los preciados erizos de mar. Dada su procedencia -nació a la vera del Cabo Peñas-, las marinas están muy presentes en su pintura, pero también los bodegones, por los que siente predilección, "muy difíciles por la precisión de los detalles que exige, sobre todo cuando incluyen cestas de mimbre", comenta. En un lugar destacado de la sala, Ovies ha situado un cuadro que reproduce un molino de Vega de Pope, en Cangas del Narcea, construcción que llamó su atención en uno de los paseos que le permiten descubrir escenarios que acaban sobre el lienzo, algunos de los cuales se pueden contemplar desde hoy y hasta el día 17 de agosto en el palacio de Valdecarzana.