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Concejo de Bildeo | Crónicas del municipio imposible

Esquilando freisnos

El aprovechamiento de las hojas de los árboles como alimento vacuno

Esquilando freisnos

De nuestro corresponsal, Falcatrúas

Cuando algún montañero o turista de sandalia y calcetín aterriza en Bildeo por equivocación a últimos de verano o comienzos del otoño siempre acaba haciendo la misma pregunta al primer vecino que encuentra:

-¿Por qué podan esos árboles del monte?

En un pueblo como éste no se podan determinados arboles por razones estéticas o para evitar que se inunde todo de hojas, como tampoco se instalan papeleras por las caleyas, ni recipientes especiales para la mierda (perdón, las caquitas) de los perros. Pongan su civilizómetro en modo rural y piensen si sería lógico instalar en las aldeas esos recipientes donde tirar unos pocos detritus de perro, cuando hay cientos de pasteles de estiércol vacuno sin recoger, esparcidos por las ruedas de los vehículos y disueltos por la lluvia o los escarabajos peloteros (y escarabajas peloteras).

Hagamos números: en Bildeo hay un perro y pico por cada casa, treinta y tantos en total; grosso modo; un perro produce la mitad de estiércol que un humano, es decir, dos o tres salchichas al día, teniendo en cuenta que aquí los perros viven del aire, porque comer en condiciones sólo lo experimentan una vez al año por San Martín, de manera que sus zurullos o mojones habituales resultan inapreciables. En cambio, hay unas quinientas vacas que dan por cada cuatro patas (y patos), sus veinte kilos diarios de ya me entienden; descontando lo que vierten en los prados, en el monte y en la cuadra, por las caleyas del pueblo quedan a diario varios centenares de kilos del asunto; de la parte líquida, ni hablamos.

Volvamos a los árboles. Este humilde y maravilloso Bildeo pasa por ser el primer pueblo del mundo en el que se esquilan los árboles como si fuesen ovejas y con afirmaciones así los lectores de estas historias se quejarán al periódico a través de mensajes y guasapos afirmando que las cosas que pasan aquí son trolas infumables y que lo de esquilar árboles es más de lo mismo.

Pues aquí se esquilan los árboles y el aprovechamiento no puede ser más integral: antes de que las hojas lleguen a su fecha de caducidad, se vuelvan marrones, caigan, las esparza el aire o se pudran en el suelo, la gente las aprovecha para dar de comer al ganado, de este modo se ahorra hierba para el invierno, que buena falta hace cuando se prolongan las nevadas y las vacas tienen que estar más tiempo de la cuenta en la cuadra, sin poder pastar en el monte.

Resumiendo, en Bildeo se recicla la hoja de los árboles antes de que se eche a perder, al fin y al cabo se trata de clorofila, forma parte del paisaje, y los herbívoros es lo que hacen, comerse el paisaje, una de esas actividades conocidas como aprovechamiento del medio, del entorno en el que se vive. Una vez rapado el árbol, freisno por lo general, (fresno), se llevan las ramas para casa donde se ocupan de pelarlas y echar la hoja en paxos los rapacinos y las mujeres; como muestra queda un gamacheiro, un montón de ramaje limpio que acabará ardiendo en la cocina cuando esté seco.

"De nada val el llabor de un vaqueiro en todo el año si nun guarda un poco de hierba pa mayo". Si llegaba un mayo con nieve y no había hierba en el pajar, mal asunto, por eso se trataba de reservarla, sustituyéndola por hoja de fresno sobre todo, también de roble; valía casi cualquier cosa verde. En agosto o septiembre, los vecinos sufrían una fiebre esquiladora que les hacía armarse de fouces (hoces de mango largo) y atacar los freisnos que bordeaban los prados, dejándolos rapados como quintos en campamento.

En Asturias nos hemos olvidado de sacar rendimiento a los montes, empezando por los árboles, cuando deberíamos estar repoblando sin parar, sabiendo que nuestra tierra es ideal para robles, castaños, hayas y abedules entre otras muchos; menos mal que los eucaliptos no se dan en alta montaña, si no, probes de nos. Los países escandinavos cada vez sacan más madera de sus bosques y cada vez tienen más árboles, pero no es por casualidad, sino por una política de aprovechamiento de lo que da la naturaleza a poco que se la ayude, algo que podríamos hacer nosotros si las autoridades tuviesen altura de miras y pensaran en las próximas generaciones.

Algunos vecinos de Bildeo recuerdan que cuando se abrió la carretera, allá por 1975, previendo que los maderistas aparecerían enseguida buscando materia prima, se hizo un papel comprometiendo a todo vecino que vendiera sus árboles a repoblar con tres plantones por cada árbol talado. El papel resultó ser papel mojado.

Seguiremos informando.

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