Más de ocho años llevaban los vecinos que residen en las zonas colindantes del camino de Gaxín demandando la reparación del vial y ahora que lo ven arreglado la satisfacción se queda a medias. Está previsto que hoy finalicen los trabajos de aglomerado de la calzada y que la vía vuelva a abrir al tráfico. Atrás quedan los socavones que plagaban la carretera rural, pero parte del vecindario está ahora preocupado por las arquetas que darán salida a las aguas pluviales por temor a que se inunden algunas fincas en jornadas de lluvias intensas.

"Ir en coche por aquí era una auténtica odisea. Llevábamos mucho tiempo pidiendo esta obra, pero han puesto canaletas hacia dos prados, cuando el río está cien metros más abajo", señaló José Manuel Carreño, con casa en Gaxín. Carreño y su vecina Isabel Sánchez manifestaron su enfado a la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, que visitó ayer la obra junto a Fernando Alonso, ingeniero municipal, y Severino Casielles y Benigno Reguera, de la empresa adjudicataria (Pavitek). Los afectados presentaron escritos en el Ayuntamiento pidiendo que se realicen cambios para la evacuación de las aguas pluviales. Los técnicos sostienen que se ha utilizado un "drenaje transversal, la práctica utilizada en las carreteras del entorno rural". La obra ha permitido acondicionar los 1.222 metros que conforman el camino de Gaxín. Se ha incremento del ancho del vial en algunas zonas, se ha acometido la limpieza y desbrozamiento de los márgenes de la calzada y se ha actuado sobre las cunetas, con nuevos elementos de drenaje para facilitar la evacuación de las aguas pluviales. Las obras comenzaron el 12 de junio y cuestan 71.990 euros. "Esta es una actuación muy demandada y que nos gustaría haber podido afrontar mucho antes", aseveró Monteserín.