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MARTA FERNÁNDEZ | Ingeniera avilesina, jefa de compras de Santa Bárbara en España

"Hoy no vale sólo fabricar, sino que hay que hacerlo sin contaminar y con calidad"

"Contar con una red industrial potente depara oportunidades laborales y la posibilidad de alianzas que actúan como palancas de desarrollo territorial"

Marta Fernández, en una reciente visita a la fábrica de Santa Bárbara Sistemas de Trubia. LUISMA MURIAS

"En esa empresa no te van a coger". Eso fue lo que le dijo su padre a Marta Fernández (Avilés, 1973) cuando le comentó que había hecho una entrevista de trabajo para entrar en Santa Bárbara, el baluarte de la industria armamentística y de defensa en España. Se equivocó. No sólo la cogieron, sino que al poco tiempo era directora de la fábrica de Sevilla (donde se equipan y motorizan los carros blindados cuya carrocería se construye en la localidad ovetense de Trubia) y en la actualidad es responsable del departamento de compras de la compañía para toda España. El padre de Marta Fernández, ya jubilado, desarrolló su vida profesional en Cristalería Española, tanto en la planta de Avilés como en otras fábricas de las que llegó a ser director, y dudaba que una mujer, por más que fuese su hija, pudiera hacer carrera en un sector tan masculinizado como la defensa. Pero muchas cosas ha cambiado en la industria, entre ellas la presencia de la mujer gracias a pioneras que abren nuevos caminos, como Marta Fernández.

- ¿Qué la une a Avilés, su ciudad natal?

-Nací en Avilés el 22 de agosto de 1973. Cuando tenía cinco años nos fuimos a Burgos, ya que a mi padre le trasladaron a trabajar allí. Al poco tiempo nos trasladaron a Sevilla y poco después a Jerez. Estudié en la Universidad en Sevilla, donde resido en la actualidad, aunque siempre me gusta volver a Asturias y siempre me he considerado asturiana, siendo un orgullo para mí.

- ¿Qué recuerdos infantiles conserva?

-Todos los veranos íbamos a la playa a Salinas. Me acuerdo de mis abuelos, pues pasaba mucho tiempo con ellos en Avilés. Me acuerdo de ir a comprar el periódico con mi abuelo a la calle la Cámara, de dar paseos hasta el parque Las Meanas y tomar un chocolate con churros en la cafetería Eva, que sorprendentemente creo que aún existe.

- ¿Qué le atrajo de la ingeniería tanto como para estudiar la carrera?

-Cuando me tocó decidir qué estudiar no tenía claro que fuese a ser una ingeniería, pero no tenía duda de que debía de ser una carrera de ciencias porque las letras no eran lo mío. Mis padres intentaron que me decantara por Económicas porque consideraban que, desde el punto de vista profesional, era más adecuado para una mujer pero finalmente me matriculé en Ingeniería Industrial.

- En términos generales, ¿hasta qué punto diría que es beneficioso para un territorio la existencia de una red industrial potente?

-Creo que es fundamental y más si, como es mi caso, eres ingeniero industrial. Disponer de una red industrial a tu alrededor supone tener al alcance un abanico de puestos de trabajo y de oportunidades que no se tienen si no hay industrias. Por otro lado, la posibilidad de formar alianzas estratégicas entre empresas de la misma zona es una importante palanca para atraer a un mayor número de clientes e incrementar de una manera natural las opciones de desarrollo y crecimiento en la zona.

- La supongo consciente de que la industria también es vista con desconfianza por su acción contaminante. ¿Cuál es el equilibrio razonable entre la generación de riqueza y el deterioro del medio ambiente?

-Bien gestionado, el beneficio es mucho mayor. Actualmente, tanto por la legislación como por la tecnología disponible, se controlan y reducen los posibles contaminantes al medio ambiente. Las empresas han cambiado su cultura significativamente con el objetivo de no contaminar. Es decir, no vale solo fabricar sino que hay que hacerlo con calidad y sin contaminar. Al menos esa es la política que tenemos implantada en Santa Bárbara Sistemas.

- Avilés, precisamente, ha sido protagonista de una transición de modelo industrial. ¿Cuál es su lectura de la misma?

-En Avilés se ha apostado por afianzar el modelo industrial y el resultado ha sido muy positivo para toda la comunidad. Recuerdo de pequeña cuando me decían que Avilés era un pueblo industrial y eso iba ligado a ser un pueblo feo. Curiosamente, ahora me han llegado a decir que es una ciudad muy bonita y sin embargo la situación industrial es mucho mejor.

- Es usted la primera mujer que llega a la dirección de una fábrica de armas en España. ¿Qué importancia le da a tal hecho?

-Es un orgullo. A título personal, mi padre empezó trabajando en Cristalería Española en Avilés y con el tiempo fue director de diferentes fábricas de Saint-Gobain y, para mí, fue una satisfacción el día que le llamé para contarle que yo también era directora de fábrica. Desde el punto de vista profesional, además de considerarlo un logro, me siento orgullosa como mujer porque considero que lo difícil es abrir la brecha.

- Mujer e industria (aparte de los empleos de cuello blanco), ¿son compatibles?

-Por supuesto, claro que son totalmente compatibles, incluso en una industria tan particular como en la que me encuentro. Poco a poco cada vez hay más mujeres, aunque aún hay mucho camino por andar. No obstante, desde que yo empecé ya hay una gran diferencia. A título de ejemplo, cuando empecé en la fábrica de Sevilla el número de mujeres se podía contar con una sola mano y ahora, sinceramente, no sé cuántas somos porque nuestra presencia ya es algo normal.

- T ras haber trabajado en otros ámbitos industriales, cuando llegó al sector de la defensa, ¿qué peculiaridades más llamativas le llamaron la atención?

-Posiblemente el elemento más diferencial es el cliente. La forma de trabajar, los medios productivos, los suministradores o las tecnologías que utilizamos no difieren de otras empresas. Lo que sí marca la diferencia es el trato con el cliente.

- ¿ Qué importancia se da en su empresa a la I+D y en qué medida la hace mejor?

-En Santa Bárbara Sistemas estamos muy orientados a la innovación y la investigación. Estamos orgullos de decir que actualmente nuestro vehículo de cadenas "ASCOD" (el "Pizarro" para el Ejército español) es uno de los blindados líder en el mundo en su categoría y ha sido diseñado íntegramente por ingenieros españoles. En este tipo de empresas, el departamento de I+D es imprescindible porque ningún cliente te pide lo mismo que el anterior y porque si lamentablemente las amenazas a las que están sometidos los soldados evolucionan, nosotros debemos evolucionar igualmente los vehículos para incrementar su protección.

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