Los vecinos de La Peral celebran este fin de semana las fiestas de su pueblo, unos festejos que aúnan música, baile, tradición y también sentimiento. Los illenses rindieron ayer homenaje a José María Álvarez Cuervo, al que una enfermedad apagó de forma repentina el pasado enero, en la misa que abrió ayer la penúltima jornada festiva en La Peral.

Álvarez Cuervo, "Chema", era una persona muy querida en Illas, "amable y servicial", como le definen sus vecinos. Siempre fue una pieza clave en la iglesia. "Era el alma de la parroquia, lo hizo todo: pintó la iglesia, me ayudó a retejarla tres veces, hicimos los zócalos. En su día también nos encargamos del cementerio, de la mejora de las paredes... de todo. Hasta llevaba la administración de la iglesia, que a mí se me da un poco mal", recordaba Don Ceferino Fernández, cura de la parroquia y un gran amigo del homenajeado. "Voy a notar mucho su falta. Gracias a Dios que aún existen personas como él", añadió.

Antes de dar comienzo a la misa solemne, tuvo lugar un breve acto para rememorar la labor que Jose María Álvarez tuvo en la iglesia. Como recuerdo y homenaje hacia su entrega, en la capilla se colgó un diploma por su "dedicación, entrega y trabajo en la parroquia, por su ejemplaridad y modélica trayectoria". El documento está sellado por el Arzobispado de Oviedo.

"Ha sido un acto muy emotivo, me sentí muy arropada por todos los vecinos. No sé si decir que es un acto merecido o no, pero para mí es algo muy grande porque mi marido tenía mucho cariño a esta parroquia", señaló emocionada Josefina González, viuda del homenajeado.

Tras la misa y la procesión, los vecinos disfrutaron de una sesión vermú musical. La tarde estuvo dedicada a los más jóvenes. Hubo juegos infantiles y una de las novedades del programa festivo, la propia versión de La Peral de la fiesta Holi Party. La fiesta se alargó hasta la madrugada con la verbena que amenizaron el "Grupo Beatriz" y dos dj.

Los festejos de La Peral se despiden hoy por todo lo alto con la celebración de la "Fiesta de los viejos", la gran folixa en la que residentes y visitantes pasan el día de casa en casa comiendo, bebiendo y bailando a ritmo de charanga.