La protectora de animales Anadel, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Policía Local de Corvera descubrieron hace apenas unos días, el pasado viernes, un espectáculo dantesco en una granja de La Menudera, en Cancienes: casi dos centenares de animales desnutridos, sucios y enfermos, también algunos muertos. En un primer momento pudieron rescatar seis perros, cachorros de no más de tres meses, comidos por la sarna y famélicos, pero todavía están con el papeleo para poder sacar el resto de animales que viven entre excrementos y edificaciones a medio caer: otros ocho perros, seis vacas y gallinas, gallos y patos hasta completar un total de unos 180 animales. "Nos avisaron vecinos de la zona. Fuimos para conocer de primera mano la situación y era mucho peor de lo que nos imaginábamos. Estaban en pésimas condiciones", señaló Elena López, responsable de Anadel.

Lo primero que quiso hacer López es dar las gracias al Seprona: "Ya había tomado cartas en el asunto". No tanto a la Administración del Principado: "Tenemos que denunciar la desidia de las administraciones a la hora de hacer el seguimiento a las explotaciones ganaderas, porque hemos visto una vaca con excrementos hasta la barriga con la inspección pasada", sentenció la representante de la protectora. "Además los trámites son muy lentos. Estamos esperando para poder rescatar al resto de animales, porque se les han dado diez días para subsanar las irregularidades. Una cuadra que se está cayendo y animales con la inspección pasada, esto puede ser un delito contra la salud pública", añadió.

El primer día ya no fue fácil y López sabe que queda mucho por hacer: "Fue muy difícil coger a los perros; se nos tiraban. Cachorros de dos y tres meses, están asilvestrados por la falta de cuidados", afirmó López. Además, se encontraron con una res muerta junto a las cuadras. Ahora los seis perros que ya han sido rescatados se recuperan en la protectora de Grado, que colabora con Anadel. "Nunca había visto una sarna como ésta. No tenían nada de pelo y están llenos de costras", señala Ana María Bances, veterinaria que se encarga de su cuidado.

Elena López espera poder entrar pronto en la finca para poder rescatar al resto de los animales. En la finca viven dos hombres de avanzada edad, con problemas de movilidad, que afrontan una denuncia por maltrato animal.