Jesús Daniel Salas Campo (Avilés, 1974) es el director de la empresa DXC en Asturias, la empresa que más empleo ha creado en los últimos años en la comarca. Es informático y ayer se encargó de cerrar el quinto seminario organizado por la asociación de los Cursos de La Granda: "Tecnologías que cambiarán nuestro mundo e impacto socioeconómico". Conversa en un receso con LA NUEVA ESPAÑA.
- ¿Cómo se combina la era digital con los derechos de los usuarios?
-Es una pregunta muy complicada. Nosotros heredamos mucho de lo que hacen nuestros clientes que, generalmente, no se mueven en las tecnologías que generan problemas: las grandes plataformas de redes, los nuevos modelos de negocio, aquellas que tratan sobre la privacidad. Estas son la punta del iceberg de lo que luego es el negocio habitual de las empresas: Arcelor produce acero; Du Pont, sus desarrollos... Al final no tienen problemas de regulación. Hay otra parte que sí: la protección de datos. Esto está generando cantidad de trabajo en torno a la protección, pero no sólo eso, también hay puestos que combinan el conocimiento jurídico con el técnico con el fin de implementar las regulaciones que van surgiendo.
- ¿No da la sensación de que trabajan al borde?
-(Risas). En el borde está quien trabaje en un entorno muy expuesto a internet. Le pondré un ejemplo: todas las empresas hemos tenido que revisar los protocolos de datos. Esa es una línea fina.
- La suya es la empresa que más empleo ha creado. ¿Lo seguirá haciendo?
-Esperamos que sí. Nosotros, como parte de la fusión de hace un año y pico, seguimos siendo un centro de referencia de DXC para Europa. La estrategia de DXC es seguir atrayendo trabajo a Avilés. Es cierto que muchos procesos -la automatización, la robotización- hacen que el trabajo venga de otra manera y los perfiles se tienen que adaptar hacia esas nuevas realidades, pero, desde luego, nuestra estrategia es que Avilés y Asturias sigan siendo un centro de referencia para el sur de Europa y seguir atrayendo más.
- ¿Y son ahora?
-Mil ciento y pico personas.
- ¿Tienen un límite de crecimiento?
-No. Bueno, para ser sincero, el que nos dé el desarrollo del propio sector. Lo que hablamos aquí de la demanda de nuevos perfiles y la capacidad de España y de Asturias para atenderlos.
- En 2030 habrá profesiones que no existen.
-Esto va vinculado a la formación que tienen que hacer los niños ahora: ampliar sus competencias. Muchas de las profesiones de futuro estarán vinculadas a la gestión de los datos, incluso habrá juristas relativos a robots. Estamos hablando del pastor de robots. La robotización hará que trabajemos menos, pero se generarán nuevas profesiones en la parte social, con el tiempo libre. Una parte más de servicios que de tecnología.
- ¿La humanidad está en peligro?
-Es una pregunta recurrente. Sin duda, la inteligencia artificial va a llegar a niveles de controlar una nave, como el Hal 9.000 de "2001: Una odisea en el espacio". ¿La posible consciencia de las máquinas? No hay maldad, es demasiado humana.
