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Doble castigo para la flota: el bonito que no puede pescar se comerá los bocartes

Dimas García, presidente de las cofradías: "El próximo año la cuota debe aumentar un 50% y habría que regular la pesquería por tripulante o barco"

Los primeros ejemplares de bonito subastados este año en Avilés en una pescadería de la ciudad. MARA VILLAMUZA

Los pescadores asturianos bajaron ayer a todos los santos del cielo: indignados por la que será la costera del bonito del Cantábrico más corta de la historia, manifestaron sufrir un doble castigo. "Nos cierran la pesquería del bonito -que es la que nos mantiene vivos todo el verano- por el agotamiento del cupo, pero hay bonitos a mansalva, muchos y buenos, a la vera de los puertos. Y lo que es peor: esos bonitos que ahora dejaremos de pescar se van a comer el bocarte, que es otro de nuestros sostenes económicos", lamentan. O sea: los boniteros lloran sus "penurias" mientras el bonito se pone las botas comiendo anchoas. La pesquería del bonito del Norte cerrará el 18 de agosto, por decreto. A partir de entonces nadie podrá pescar bonito -tampoco las lanchas deportivas- aunque se estima que habrá descargas hasta finales de mes de barcos que ahora están en la mar.

El presidente de la federación regional de cofradías pesqueras, Dimas García, avanzó ayer que algunos bonitero asturianos están intentando lograr un "intercambio de cuotas" con Portugal. "Pero no pinta fácil y, de conseguirlo, solo les permitiría pescar unos pocos kilos más", precisó. García, no obstante, hace una lectura positiva del cierre de la costera del bonito. "Lo único bueno de todo esto es que la pesquería se ha cerrado para todos a la vez, para vascos, cántabros, gallegos y asturianos. Este ejemplo debería aplicarse a otras pesquerías", espetó. Del bonito en concreto, García defendió más cuota para el año que viene: "Tranquilamente podrían darnos un 50 por ciento más, hay muchísimo bonito en el mar. Y creo que se debería buscar una forma de regular esta pesquería con cuotas por tripulante o barco". Incidió también en que el bonito es un voraz depredador que se zampa otras especies de importante valor comercial para la flota asturiana.

Ayer, los pescadores destacaban el cierre -también- de la pesquería del sable negro y el alfonsino, una medida que no les daña, ni de lejos, como la prematura finalización de la campaña del bonito del Norte. "Pero es una detrás de otra. A la xarda pudimos ir nueve días contados, y otra vez parados... ¿De qué quieren que vivamos?", cuestionan.

En el bar de la rula vieja de Avilés, algunos marineros retirados analizan el porvenir del sector pesquero en estos términos. "¿Qué van a pescar? Ni xarda, ni merluza, ni bocarte, ni bonito... Deberían hacer algo, manifestarse y pelear porque no les dejan trabajar". En corrillos, los profesionales analizan cuándo se cerró la costera del bonito años atrás: hasta el año 2000 no había límite de capturas; hasta 2015 solía prolongarse de junio a principios de octubre; el pasado año cerró en septiembre; ahora, en agosto.

La clausura afecta además de al sector pesquero a comercializadores, hosteleros y también a los consumidores. Este año, las mejores piezas del preciado "Thunnus alalunga", las pescadas en la recta final de la costera, se quedarán en alta mar.

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