El industrial Daniel Alonso lleva tiempo preocupado por las competencias de sus empleados. "Se va perdiendo la oficialía; los de mi empresa andan ya por los 58 años, están a punto de jubilarse, vienen de aquella gran formación, pero hay muy poco relevo", se lamentó ayer en el marco del curso "Formación para la transformación", que él mismo dirigió en el chalé de La Granda. "Lo que tenemos que hacer es retener a los que son buenos. Por la cuenta que nos trae. Estas semanas tenemos una caída de obra. Hay que dejar a los que saben en la empresa, mandarles de vacaciones y, a la vuelta, ya estará todo como antes. Lo que siempre me pregunto es por qué no se hacen ahora las cosas que se hacían antes", recalcó el fundador de uno de los grupos industriales más destacados del Principado. "Tenemos la materia prima: la chapa. Hay que transformarla. La de acero, la de cinc... Tenemos todo aquí, no hace falta moverse", destacó el empresario.

Julio Martín, el director general de Ingeniería y Diseño Europeo (Idesa), fue el primero en tomar la palabra. Destacó, como su patrón, la necesidad de cambiar la FP para anticiparse a las carencias que vendrán cuando los grandes oficiales en activo pasen a la jubilación. Destacó en su exposición su propia experiencia en los astilleros de Ferrol. "Los proyectos cada vez son más complicados. Los mercados en los que jugamos son mundiales y las penalizaciones por incumplimientos son inasumibles. Lo que nos queda es hacer las cosas bien desde el principio. Y para eso necesitamos a los más competentes", destacó. Alonso defendió que a trabajar se aprende trabajando. "A un crío que acaba de llegar lo que hay que darle es la escoba y decirle que barra con estilo: el oficio es imprescindible".