La protectora Anadel y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) capitanean el rescate de los alrededor de 180 animales que todavía malviven en la granja de La Menudera. Ambas entidades se encontraron perros, vacas y aves desnutridos, enfermos y comidos por la suciedad, de los cuales solo se han rescatado a seis canes. A principios de la próxima semana, está previsto entrar a por el resto de canes y, si el Principado lo permite, a por las seis vacas. "Las aves están en mejor estado, pero pelearemos por sacarlas", afirma Elena López, representante de Anadel.

Los vecinos dieron la voz de alarma, el Seprona actuó el jueves y Anadel entró en juego el viernes y llegó a un acuerdo con los dueños para sacar a seis cachorros de perro y desde entonces al menos otras siete entidades se han unido a la causa. Para empezar, Anadel tuvo que pedir la ayuda de la protectora SOS Pitbull, que ayudó a sacar a los cachorros. "Están especializados en rescatar perros peligrosos. Entre la falta de cuidados, el miedo y el dolor que debían tener, se nos tiraban", señala López.

Entonces entró en juego la veterinaria de confianza de Anadel, Ana Bances, de la clínica Principado, que dio los primeros tratamientos a los cachorros y estará presente cuando se vaya a por el resto. Las protectoras "¿Serás su voz?" y "Canfelin'z" los acogieron.

Además, Anadel quiere dar las gracias a Podemos Corvera, que entró en juego el lunes y ayudó, junto con el Ayuntamiento y la Policía Local, a agilizar las gestiones para sacar al resto de animales lo antes posible. "Desde que saltó a la luz el caso, son muchas las protectoras que se han puesto en contacto con nosotros para ayudar", afirma López.

Pese a todos los esfuerzos realizado, de los seis cachorros que pudieron ser atendidos, uno no ha sobrevivido. "La sarna y la desnutrición se lo han llevado. Cuando comienzan el tratamiento de la sarna es un momento crítico", lamenta Elena López, de la protectora Anadel. Tras iniciar el tratamiento, los canes fueron trasladados a una protectora, pero han tenido que regresar a la clínica veterinaria: dos están en estado crítico en una incubadora y los otros tres en observación. "Si hubiésemos esperado, estarían todos muertos", sentencia López.