Un cuarto de siglo después del anuncio de las obras, con veinte años de retraso sobre los optimistas plazos iniciales y fruto de una inversión de más de 125 millones de euros, el saneamiento de la ría de Avilés está por fin completo. Reeditando la foto que dio origen a todo, hoy se juntarán en el Ayuntamiento responsables de las tres administraciones que financiaron los trabajos -la nacional, la regional y la local- para firmar la entrega al Principado del interceptor industrial (el de la margen derecha) y de ese modo dar la última pincelada al cuadro.

Quedan flecos, pero hay esperanza de atarlos pronto: las industrias deben conectarse en los próximos meses a la gran tubería de la margen derecha que recogerá sus efluentes y el Gobierno central -salvo cambio de criterio- debe hacer frente a una reforma de la depuradora de Maqua por valor de 39,8 millones de euros -el doble de lo que costó- para adecuar su funcionamiento a los requerimientos europeos. Y es que la pieza central del saneamiento, la instalación donde se tratan las aguas residuales antes de verterlas al mar, incumple desde que entró en servicio en 2004 los estándares ambientales exigidos. Además, están previstas mejoras para combatir los malos olores que genera la planta, causantes de constantes denuncias por parte de los vecinos de localidades cercanas, y el diseño de una nueva cúpula de hormigón armado que sustituirá a la actual, de acero, dañada por las altas concentraciones de gas sulfhídrico.

Lo que hoy se hará es la recepción del llamado colector industrial, el interceptor general de la margen derecha. El colector de vertidos industriales, construido y sin uso desde 2010, podrá entrar finalmente en servicio gracias a obras de puesta a punto y reforma realizadas en los últimos meses por valor de más de un millón de euros. Los trabajos, que acometió la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), tuvieron como objetivo evitar vertidos esporádicos al estuario cuando se realicen labores de mantenimiento en el sistema de saneamiento o cuando se produzcan incidentes en la red.

El sistema de saneamiento e la ría avilesina está integrado por cinco colectores secundarios, un interceptor general (la espina dorsal del mismo, donde confluyen todas las tuberías secundarias), la estación depuradora de aguas residuales (ubicada en Maqua), el interceptor de la margen derecha (de carácter industrial) y el emisario submarino. El colector de la margen izquierda recoge las aguas residuales urbanas y, cruzando la ría, se une a otro conducto en la depuradora de Maqua, donde son tratadas.

En Maqua desemboca también el colector de la margen derecha. Este arranca en Tabaza y con una longitud aproximada de 16 kilómetro su objetivo es captar las aguas residuales de las industrias. Está formado por una serie de colectores que recogerán, convenientemente tratados, los vertidos procedentes de la mayor parte de las fábricas ubicadas en la margen derecha de la ría (Fertiberia, Arcelor, Alcoa, fábricas del polígono de la ría, incluso Cogersa), así como alguna de la margen izquierda (Azsa y Saint-Gobain).