La Arena,

Myriam MANCISIDOR

"Obras son amores, y no buenas razones". A golpe de refrán definían dos arenescas el sentir de los vecinos del bajo Nalón que han pasado de "pedir" a "exigir" una pasarela peatonal sobre la desembocadura del río Nalón que una La Arena y San Esteban. Tras cada paso adelante el proyecto parece congelarse, y así durante casi 30 años. Un ejemplo: el pasado junio la Consejería de Infraestructuras que lidera Fernando Lastra avanzó que a finales de este verano se culminaría el proyecto de la pasarela. A falta de un mes largo para que finalice el tiempo de estío, los vecinos solo encuentran la callada por respuesta. El Gobierno hace mutis. Por eso ayer las gentes de una y otra orilla volvieron a aliarse con un único fin: reclamar la pasarela sobre el río Nalón.

Decenas de personas se dieron cita en el "prao" de la rula de La Arena para participar en la jira reivindicativa que, por primera vez, contó con una travesía a nado por la dársena. A eso de las cinco de la tarde un grupo de nadadores se tiró al agua desde San Esteban y otro desde La Arena. En total, un centenar de nadadores llegados al Nalón desde distintos puntos de Asturias. Brazada a brazada cumplieron los 150 metros que separan ambos pueblos costeros, los mismos que debería salvar un hipotético puente. "Todo es poco para que nos escuchen", manifestó Conchita Fernández Rouco, una arenesca que cada día anima la Plataforma por la pasarela en su Facebook con un "¡Puxa pasarela!"

Ningún político -salvo la diputada popular Carmen Rodríguez de la Mata- participó en la jira. "Invitamos por escrito al presidente (Javier Fernández), al consejero (Fernando Lastra) y a los alcaldes de Soto y Muros (Jaime Menéndez y Carmen Arango). Se han retratado no viniendo a esta fiesta. No vale hacer promesas con la boca pequeña", lamentó Fernando López Pérez. Los lugareños critican sobremanera la ausencia de las autoridades locales: "El pueblo les esperaba".

De la Mata sí aprovechó el encuentro con los paisanos: "Esta obra se va a volver a prometer ahora, de cara a las próximas elecciones. Y se volverá a cubrir el expediente con el retoque de algunos de los proyectos existentes y así seguiremos un año tras otro. Este proyecto no saldrá adelante con el PSOE". E hizo otra promesa: "Para el PP es una prioridad". Pero los vecinos, unidos en un grupo apolítico, no están para más promesas. Quieren hechos. En el bajo Nalón se habla de una "deuda histórica" que es preciso saldar.

La fiesta llamó la atención de turistas que se unieron a la "folixa" al conocer el sentir reivindicativo de los vecinos. "Conocemos San Esteban y hoy hemos venido a La Arena. Es vergonzoso que estos pueblos tan bonitos estén abandonados", manifestó la vasca Edurne Sainz. Clara Alonso, de Valladolid, apuntó: "Llevamos años veraneando aquí y sin este puente pierden todos, incluso el Gobierno del Principado". Pedro Rubio, de Toledo, añadió: "No conocíamos La Arena, pero es una vergüenza que un gobernante no le preste atención a esta zona, una de las más bonitas de Asturias, y eso es un piropo muy grande". Juanjo González, de Gijón, también se solidarizó con los vecinos del bajo Nalón haciendo alusión al pasado carbonero del río: "Asturias entera debería venir aquí para apoyar a una gente que tragó el carbón del que nos beneficiamos todos los asturianos".

El deseo ahora de la Plataforma en defensa de la pasarela, formada por vecinos de ambas orillas, es claro: "Deseamos no tener que organizar una tercera jira reivindicativa porque eso sería una señal de que se ha conseguido lo que llevamos años reclamando". No obstante, no bajan la guardia. La fiesta, reconocen, fue un éxito de participación. "Se ocuparon las más de trescientas sillas que teníamos instaladas y el ir y venir de gente fue constante durante toda la jornada", manifestaron. La "folixa" comenzó a mediodía y se prolongó hasta bien entrada la tarde, cuando se oscureció el día y amenazó lluvia.

Los turistas se vistieron la camiseta blanca a favor de la pasarela con el mismo orgullo que vecinos como José Luis García, Anselmo Hulton o Severino Fidalgo. Todos disfrutaron de una comida de hermandad, pulpo, música... Sin olvidar lo más importante: la pasarela, ya.