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MALAIKA FIDALGO | Escritora

"Quise contar el vínculo que surge entre animales y humanos"

" 'Melinda. Cuando el fin es el principio' es una novela apta para todos los públicos, incluso para los que nunca han leído"

Malaika Fidalgo. RICARDO SOLÍS

La escritora avilesina Malaika Fidalgo acaba de bautizar su primera novela, "Melinda. Cuando el fin es el principio" (Piediciones, 2018), una fábula contada por una perrina que viaja de pueblo en pueblo.

- Malaika, Malaika...

-En realidad me llamo Ángeles. Viajé en varias ocasiones a Tanzania. Me preguntaban cómo me llamaba. Les decía que Ángeles así, en plural, pero no lo entendían. Entendían que me llamara Ángel, pero no Ángeles. Bueno, resulta que en suajili ángel es malaika. Y desde entonces fui Malaika.

- ¿Y qué hacía en Tanzania?

-Jordi Vargas, mi pareja, trabaja allí, en un resort. Pasé temporadas. Puedo decir que la última palabra de "Melinda" la escribí allí.

- ¿Cómo nace la historia?

-Escribía para una revista de turismo una serie de reportajes sobre pequeños pueblecitos de todo el país. Me movía en una autocaravana con la perra y el gato, con "Melinda" y "Scarlett". Y empezaron a pasarme cosas.

- Y se puso a escribir.

-Eso es. Lo que descubrí es que sentía la necesidad de transmitir el vínculo que se establece entre los animales y los seres humanos y eso lo podía hacer por medio de las historias que me encontré en el camino. Otras las descubrí cuando trabajé en una clínica veterinaria.

- La novela la cuenta la perrina. ¿Es una fábula?

-Mi primera intención era escribir sin prejuicios: lo que yo veía. Y lo que yo veía era que "Melinda" era muy traviesa y se movía con los perros de la calle, pero también con los de la señora rica, por ejemplo, ésa del chihuahua.

- Y le salió una novela.

-Eso es: una novela apta para todos los públicos. Incluso para los que nunca han leído un libro. La forma de la historia es ligera y la mejor forma de lograrlo era dejando que "Melinda" fuera la narradora.

- ¿Y ahora?

-Ahora tengo ideas. Nada más. Estoy escribiendo.

- ¿Qué deben tener sus historias para que pasen a ser escritas?

-Pienso en historias que sean buenas para ser contadas. Simplemente. Cuando las encuentro, el texto fluye y, cuando acabas, dices ¡guau! Lo que quiero decir es que todas las historias que salen en el libro me han sucedido y luego las he ido contando a los amigos, en torno a un café. Siempre me decían que querían saber más. Soy una persona muy tímida, es decir, me encanta escuchar. Cuando trabajaba en la clínica escuché un montón de ellas.

- Después de escribir la novela, publicarla, presentarla...

-Ahora el libro tiene identidad propia. Nos han pedido ejemplares de Francia, Italia, Dinamarca... Sé que "Melinda" va a continuar sus viajes.

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