La protectora Anadel continúa intentando rescatar a tres perros, seis vacas y dos yeguas que se encuentran en la finca de La Menudera, denunciada por presunto maltrato animal, y ayer volvieron a acceder a la granja, donde se encontraron con los propietarios. "Hacemos lo que podemos con los animales", manifestó uno de los dueños de la finca, que se encarga del cuidado de la granja después de que su hermano, con quien convive, pasara meses convaleciente. En estos días han pedido ayuda a vecinos para limpiar algunas zonas de la granja y han facilitado la entrada a miembros de la protectora. Sin embargo, sigue preocupando el estado de los animales.

La protectora y el Seprona encontraron a los animales en muy malas condiciones de higiene y salud y la situación no ha mejorado mucho con el paso de los días. Más allá de las carencias en el cuidado de los animales, será complicado que los dueños puedan hacer frente a los arreglos que necesita las edificaciones, como pudo comprobar LA NUEVA ESPAÑA ayer en una visita a la finca junto a miembros de la protectora Anadel, que trataron de localizar a los perros que todavía se encuentran en el lugar.

La cuadra en la que se guarecen las seis vacas está apuntalada, porque ya ha vencido una parte del techo. "Se está cayendo y cualquier día va a haber una desgracia, bien por los animales o bien por las personas", comentan desde la protectora. El hórreo no está en mucho mejor estado y los gallos y gallinas, que se cuentan por más de cien, revolotean entre las grietas de la estructura, con el techo también semiderruido.

Técnicos de la Consejería de Medio Rural se presentaron este martes, once días después de la denuncia, para ver la situación de la granja. Y es que los dueños tienen un plazo de diez días hábiles para adecuar la finca y los animales, algo que parece imposible dada la precaria situación de las edificaciones.

Por el momento, mientras pasa ese plazo, Anadel solo puede hacerse cargo de los perros, comidos por la sarna, con el permiso que concedió el Ayuntamiento. Nada más llegar ayer, la única vaca que estaba a la vista huyó y los perros estaban escapados. Según el dueño, el revuelo de estos días, entre idas y venida de los responsables del rescate y vecinos preocupándose por la situación, provoca que los animales estén más huidizos de lo normal. Así, el rescate de ayer no fue fructífero.

El toro, sacrificado por un veterinario

El toro que apareció muerto en la primera entrada de la protectora en la finca el pasado 3 de agosto y que fue retirado días después no murió por causas naturales, fue sacrificado por un veterinario, según confirma el dueño de los animales. El animal llevaba tiempo enfermo y requirieron los servicios de un profesional para su cuidado, pero no tenía cura. El protocolo dicta que ese sacrificio se notifique y se dé de baja al animal, pero eso no ocurrió.