Ana Isabel González, profesora de la Universidad de Oviedo, resaltó ayer los retos en materia tributaria que ha tenido que enfrentar la Unión Europea en los 60 años desde la entrada en vigor del Tratado de Roma, el cual constituyó la Comunidad Económica. "Los estados solo son libres de establecer sistemas tributarios hasta cierto punto", apuntó la experta en derecho financiero y tributario en su ponencia "Armonización y coordinación fiscal".

"Las medidas sobre un mercado único requieren unanimidad", explicó. Un condicionante que ya entrañaba serias dificultades entre los seis países fundadores y que se ha complicado progresivamente con la entrada de nuevos miembros con sistemas tributarios "con diferencias sustanciales". La armonización se ha conseguido varias veces por la vía de jurisprudencia del Tribunal de Justicia, que ha eliminado ciertas medidas fiscales de los estados miembros, consiguiendo así una aproximación entre legislaciones. Además, la profesora trató de establecer las diferencias entre los dos conceptos de su ponencia. "La armonización fiscal lleva a adoptar decisiones a nivel supranacional, concediendo competencias y, por lo tanto, limitando la soberanía estatal", aseveró. Por otra parte, "la coordinación se sitúa al nivel de colaboración para lograr una acción común".

Para concluir, informó de la existencia de una nueva vía en el ámbito fiscal, conocida como "procedimiento de cooperación reforzada". "Requiere un mínimo de estados, pero no la unanimidad". Mediante este proceso, al menos nueve estados miembros pueden establecer acuerdos de integración o cooperación avanzada entre sí sin la participación del resto de la UE. "Hay una posición que defiende otorgar mayor potestad a las autoridades comunitarias y, los que, por el contrario, consideran positiva la competencia en el ámbito fiscal entre los países miembros", concluyó.