Una de las especies con riesgo de quedar vedada hasta el año que viene, la raya, contará a partir de ahora con un plan para intentar estirar lo más posible su cupo. Para ello, la Secretaria General de Pesca ha impuesto topes de capturas semanales para las distintas flotas: 300 kilos a la semana para los barcos de arrastre y 100 kilos semanales para otras artes distintas del arrastre. El objetivo: una mejor gestión de la cuota. "La pesquería se cerrará de forma preventiva cuando el consumo global de raya haya alcanzado el 90 por ciento de la cuota de España. Una vez que se constate que sigue habiendo remanente se podrá reabrir para el tiempo que reste", expone la resolución ministerial.