El oricio asturiano, cuya captura está prohibida desde septiembre de 2016 por temor a que la especie desaparezca, da señales de recuperación, pero son aún insuficientes, según el criterio de los científicos, como para levantar la veda y permitir de nuevo la realización de esta pesquería. El nuevo horizonte que se fija la dirección general de Pesca Marítima del Principado para abrir la mano en relación a la captura de los oricios en el litoral asturiano es el 31 de diciembre de 2019; es decir, se va a prorrogar la veda durante dieciséis meses. No obstante, esa fecha podría adelantarse en función de las conclusiones que se extraigan de los próximos muestreos a realizar en los pedreros (este otoño y la próxima primavera). La autoridad pesquera regional está obligada a tomar una determinación este mes sobre la prórroga de la veda del oricio o su levantamiento dado que vencen los dos años marcados inicialmente como duración de la misma.

El director general de Pesca, Kiko González, asegura que el último muestreo realizado (el de primavera) ofrece datos alentadores sobre la recuperación del oricio tanto por su densidad (número de ejemplares por pedrero) como por estructura (análisis morfológico de los especímenes). Así mismo, se constata que el estado de la biomasa de la especie es mejor en la costa occidental que en la oriental. Los muestreos que realizan los técnicos de la Consejería de Medio Rural y Recursos Naturales tienen como escenario doce pedreros de diferentes concejos asturianos.

A la paulatina recuperación de la población de oricios parecen estar contribuyendo, según la dirección general de Pesca, tanto el cese forzoso de la explotación del recurso como la repoblación en determinadas áreas de la costa del Principado. De todos modos, Kiko González avala la postura cautelosa de los científicos y defiende que la veda se prolongue en el tiempo "hasta tener garantías fiables de que la biomasa del oricio está a un buen nivel".

La Consejería, consciente de la mala situación en la que se encontraba la población de oricio en las aguas asturianas -habían desaparecido los bancos más importantes de la especie- decidió en 2016 prohibir su extracción durante dos años. Estudios sobre el estado del recurso realizados meses antes de la veda total fueron categóricos: incluso pese a haberse introducido una veda de ocho meses la situación de escasez era alarmante.