Las fuertes lluvias caídas durante la madrugada del martes al miércoles provocaron nuevas inundaciones en la avenida de Lugo. Los vecinos de Jardín de Cantos llevan años pidiendo mejoras en la carretera, una de las más transitadas de la ciudad, pero en la mañana de ayer volvieron a encontrar enormes balsas de agua que provocaron dificultad en el tráfico y también para los peatones. "Para ir al médico he tenido que dar un rodeo enorme", denunció un vecino. En la zona de La Maruca, también se inundaron varios puntos, entre ellos, el puente, causando problemas de circulación.

"Pasa muy a menudo y nadie lo arregla. Hoy -por ayer- el agua llegaba a mitad de la rueda de mi coche, que estaba aparcado. Bromeé con el de la grúa, a ver si lo tenía que sacar", describió ayer Vicente Fernández, trabajador de un taller situado en el cruce del polideportivo del barrio. Y es que los vecinos ya se lo toman con filosofía. "No nos queda otra que seguir peleando y aguantando hasta que nos hagan caso", señaló otro residente.

Los negocios y naves de la zona capean como pueden el temporada cuando la intensa lluvia inunda la calle. "Nosotros tenemos una barrera para que no pase el agua, hoy casi nos hizo falta", explicó el trabajador del taller. En algunos bajos si llegó a entar agua, pero no causó daños más allá de las molestias de arrastrarla fuera con escobas y fregonas.

Incluso después de que los equipos de bombeo actuaran para solucionar la inundación, andar por la acera de la avenida de Lugo se convierte en una carrera de estrategia para los peatones. "Vas caminando por la acera calculando cuándo va a pasar el coche por el charco para no pegarte un remojón y esto pasa aunque llueva poco", indicó Marta García, atechada en una zona más alejada de la carretera, viendo como salpican los coches a su paso. Esquivar charcos o tener que meterse directamente en ellos para no dar un rodeo, son escenas habituales para los habitantes del barrio.

Además, los vecinos explican que no importa a la altura de la calle a su paso por el barrio se encuentren. "Estamos así cada vez que llueve, ves como las alcantarillas y se llenan de agua los márgenes de la carretera. Hoy otra vez", señaló la dueña de un establecimiento hostelero. Frente a su negocio no se ve ningún cruce sino una pared que separa la zona alta del barrio de la vía.

La titularidad de la avenida de Lugo y Los Telares es del Estado, que no acaba de atender a las peticiones de los vecinos de la zona, que denuncian que por el momento solo se van poniendo parches que duran muy poco y no se ataja el problema de fondo. Por un lado, el enorme volumen de tráfico, también de vehículos pesados, hace que la carretera esté llena de baches, lo primero que provoca charcos llueva mucho o poco. Además, es el punto más bajo del barrio, por lo que toda el agua caida va a parar a la vía. "Las alcantarillas empiezan enseguida a escupir el agua, con estas lluvias que hubo, volvió a ocurrir", explicó la propietariaria de la cafetería.

Las intensidad de la lluvia bajó ayer pasado el mediodía, pero los charcos todavía se podían ver a última hora de la tarde. "A la próxima que llueva un poco seguido, volveremos a las mismas", lamentó un vecino.