La casualidad quiso que una patrulla de la Guardia Civil de Castrillón fuese testigo la pasada noche, ya pasadas las 3 de la mañana, de la anómala conducción de un coche por la avenida de Lugo; los agentes observaron que un conductor invadía el carril contrario y sospecharon que podría ir bebido.

Por falta de jurisdicción sobre la zona, el cuerpo de seguridad que tuvo que intervenir fue la Policía Local de Avilés, que fue alertada por los compañeros de la Benemérita de lo que estaba ocurriendo en la carretera que comunica Avilés y Castrillón.

Personados en el lugar dos agentes de la Local, sometieron al conductor al test de alcoholemia y el resultado confirmó la sospecha previa: el piloto iba bebido. En concreto, dio más de un microgramo de alcohol por litro de aire espirado, lo que supone cuadruplicar el máximo permitido al volante, fijado en 0,25 microgramos de alcohol por litro de aire espirado.

Al ser una tasa superior a 0,60, el hecho constituye un delito contra la seguridad vial y los agentes abrieron diligencias para la tramitación penal del caso. El detenido resultó ser un hombre identificado como A. L. P. F., de 55 años y vecino de Avilés, que circulaba al volante de un vehículo Citroën Xsara.

Aparte de esta intervención nocturna, la Policía Local de Avilés acudió a sendos accidentes ocurridos en el casco urbano durante la mañana, ambos de escasa entidad y saldados únicamente con daños materiales.