El de ayer fue un día propicio para subir la moral de un barrio que parece haber dejado atrás el fantasma de la desaparición de su asociación de vecinos y la preocupación latente hace unos meses por el estallido de una crisis de convivencia derivada de la mala integración de varias familias. Con el optimismo por bandera y contentos por la inauguración de un nuevo local social, los vecinos incluso ven posible recuperar pronto las fiestas de San Pablo, que dejaron de celebrarse por falta de "manos" y de dinero para organizarlas. Por lo pronto, ayer anunciaron el cartel de las "fiestas otoñales", una iniciativa novedosa que responde a una sencilla fórmula: pagar por comer y bailar en la pista del colegio. Las citas serán el 30 de septiembre (mariscada), el 27 de octubre (parrillada) y el 25 de noviembre (fabada). Y eso es solo la punta del iceberg: la asociación de vecinos de La Luz tiene en marcha doce talleres, un club de lectura y desde ayer un concurso literario de microrrelatos.

Si faltaba una guinda para coronar el pastel de la participación ciudadana, ésa es desde ayer el nuevo centro social, ubicado en la calle Hernán Cortés frente a la iglesia y con vistas privilegiadas al área verde que separa La Luz de Villalegre. El presidente de la asociación de vecinos, Manuel Miranda, agradeció la colaboración municipal para hacer realidad la puesta en servicio de la nueva sede del movimiento vecinal del barrio y animó a los suyos a convertirla en "una herramienta con la que poder seguir trabajando en la promoción social y cultural del barrio".

La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, aprovechó la visita a La Luz para reiterar su intención de presentarse a las primarias de su partido para optar a la reelección en 2019 y agradeció el apoyo que encuentra el Ayuntamiento en el barrio para desarrollar políticas de integración social y educación.