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JAUME VAQUER | Coleccionista de cómics, propietario de la exposición "El cómic americano"

"Mirar una página del primer tebeo que leí que tengo colgada en el pasillo me alegra el día"

"Hay dos tipos de coleccionistas: los que guardan todo ahí en la cueva y los que lo mostramos, los que hacemos exposiciones"

Jaume Vaquer, en su exposición. | MARA VILLAMUZA

Jaume Vaquer (Palma de Mallorca, 1966) es farmacéutico, pero no está en Avilés por eso. Desde la cuarta edición de las Jornadas del Cómic no se ha perdido una. Pero eso tampoco explica esta conversación. Regresa a Avilés como uno de los coleccionistas de cómics más importantes del país. Es propietario, de hecho, de los originales que se exhiben en la Casa de Cultura, los de "El cómic americano: de la EC a Watchmen".

- ¿Cómo se hace uno coleccionista?

-El coleccionista no se hace, el coleccionista nace. Es un rollo nuestro mental: te apasiona algo y vas a por ello. Lo de los originales me viene de lejos. Soy mallorquín y allí, en los ochenta, hacían una semana de cómic bastante importante en cuanto a originales. Los veías, apreciabas los detalles que se perdían en las reproducciones. Veías también las pinceladas y otros asuntos de técnica, las correcciones. Después me fui a estudiar a Barcelona y allí conocí una librería que montaba exposiciones. Luego empezó el Salón del Cómic. En los últimos años de la carrera conocí a unos amigos que comenzaron a pedir originales a los Estados Unidos. Ellos también trabajaban. Eran muy baratos, pero yo estudiaba, no tenía un duro, no estaba para comprar originales. Yo, con comprar cuatro tebeos me daba con un canto en los dientes. Vi cómo funcionaba el tema. Me dije: "Cuando empiece a ganar pasta, ya me lo plantearé".

- Y empezó a trabajar.

-Tengo una farmacia en Palma, pero antes trabajé de manera eventual, haciendo una sustitución. Nunca había tenido tanta pasta en mi vida. Y me dije: "Me voy a dar un capricho y me compré el primer original".

- ¿Cuál fue?

-Uno a color de un dibujante canadiense que se llama Ken Stacey. No era una página de historieta, era un dibujo. Fue en 1992: hace muchos años que colecciono. Fue complicado: tuve que llamar a Estados Unidos, pagar con tarjeta de crédito... Y pensar después si me iba a llegar o si me iban a tangar. Me llegó. Y muy bien. Al año siguiente me compré otro y luego todo un poco a cuentagotas. En aquella época estaba montando la farmacia, tenía muchos gastos. Cuando eso se acabó, entró internet, Ebay. Encontrabas de todo, pero tenías que entrar en la web cada pocas horas. Fue una respuesta a la estrategia de casas de subastas, que engordaban los precios pujando en contra del comprador para ampliar así su comisión. Esto llenó Ebay y así podías llevarte a un precio muy asequible.

- ¿Qué es un precio "muy asequible"?

-Originales que ahora mismo están en 4.000 o 5.000 dólares, en aquel momento los estaba consiguiendo por 150 o 250. Vale, han pasado los años, pero la distancia es enorme. Estuve muy enganchado al ordenador: recuerdo alguna subasta en el último segundo con mi hijo recién nacido, enganchado a un brazo

- ¿Qué es lo mejor de ser coleccionista?

-Tengo piezas muy buenas, tengo piezas históricas, piezas que podrían estar perfectamente en un museo, pero lo que me gusta a mí es esto, enseñarlas, hacer exposiciones, hacer alguna visita guiada. Hay dos tipos de coleccionistas: los que guardan todo ahí en la cueva y los que lo mostramos, los que hacemos exposiciones: soy de estos últimos.

- ¿Qué es lo que prefiere de su colección?

-Hay piezas cuyo valor histórico es innegable. El factor nostalgia es muy importante entre los coleccionistas. Tener una página del primer tebeo que me leí de Marvel no tiene precio, de verdad. La tengo ahí colgada en el pasillo y cuando pasas, bah, te alegra el día.

- ¿Y si hablamos de tebeos?

-La última vez que los conté, en los noventa, tenía veinticinco mil. Calculo que andaré por los sesenta mil.

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