El Lignum Crucis ocupó ayer un lugar preferente en el altar de la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery con motivo de la celebración de la festividad de la exaltación de la Cruz. La reliquia abandonó durante unas horas el espacio permanente que ocupa desde hace un año -junto al altar de la Virgen de la Soledad- y donde puede ser visitada por los fieles, para ser venerada por cuantas personas acudieron a la celebración religiosa organizada por la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad.

Además de la exposición del fragmento de la cruz en la que murió Jesucristo y que custodia la cofradía de Sabugo, el templo celebró una procesión por el interior del mismo. Estuvo encabezada por el párroco Reinerio Rodríguez "Neyo", al que le siguieron los cofrades asistentes, entre ellos la hermana mayor María Belén Fernández Miranda. Una vez finalizada dio comienzo la misa que fue ofrecida por todos los miembros fallecidos de la asociación religiosa que acaba de publicar el número 24 de la revista "Mater", coordinador por Iván Álvarez, y en el que se reflejan los actos de la cofradía desde el mes de septiembre de 2017 hasta junio del presente año