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Abuelo, "el niño sin tableta"

Los pediatras dan consejos para evitar que la "vuelta al cole" genere tensiones familiares: "No hay que pedir al mayor más de lo que puede"

Abuelo, "el niño sin tableta"

Los abuelos canguro son una pieza fundamental de la conciliación, más aún en una ciudad como Avilés, y ahora en septiembre muchos deben adaptar sus horarios a los de sus nietos: entradas y salidas de colegios, guarderías, citas con pediatras, clases extraescolares, tiempo libre... Tal es la implicación de los mayores en el día a día de las familias, que la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP), a la que pertenecen varios profesionales de la ciudad, ha elaborado una serie de recomendaciones para que la "vuelta al cole" suponga una experiencia enriquecedora en las familias en lugar de una sobrecarga para los mayores o una fuente de tensiones. Porque el límite es difuso: del abuelo canguro al abuelo esclavo.

Es importante -destacan los profesionales de la Pediatría- que los padres valoren el trabajo de los abuelos. "No deben pedir al mayor más de lo que quiere o puede hacer, que en parte depende de la edad y del estado de salud de los mayores", explican e inciden en que los padres son los responsables de sus hijos y no pueden delegar sus funciones. Pilar Fonseca y Severiano Pérez son dos de estos abuelos cuidadores. "Echamos un cable de vez en cuando, pero son los padres los que se ocupan de la niña", reconocen. De tanto en cuando tienen a su cargo a su nieta Miranda Alonso, de un año. "Hacemos esto encantados", reconoce Pilar Fonseca, avilesina, en el parque de Ferrera. Pérez apostilla: "La abuela canguro es ella porque yo trabajo".

Otra de las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria es que los abuelos deben respetar las decisiones de sus hijos, nueras o yernos respecto a la alimentación o el ejercicio físico de los chavales. Esta norma sí la cumple a rajatabla Eugenio Álvarez, dispuesto a marcarle un gol a su nieto Miguel Álvarez, de ocho años, en el parque. "Estoy con mis nietos dos o tres días a la semana y puedo hacer con ellos lo que quiera, salvo ponerles demasiado tiempo la tableta", confiesa. Así que Eugenio Álvarez limita sus datos móviles con sus nietos. Por orden paternal.

Los pediatras aconsejan asimismo que padres y abuelos hablen con confianza, sin miedos ni chantajes y resuelvan sus diferencias. "Si hay un conflicto se debe solucionar de manera positiva. Hay que llegar a acuerdos sin discutir y menos delante de los niños", recomiendan. Eugenio Álvarez no cambiara el "oficio" de abuelo canguro por nada: "Me lo paso muy bien con ellos, hacemos de todo un poco". Julia Barrios es de la misma opinión. A su lado juega el pequeño Víctor Álvarez, de 9 años. "A veces se portan regular y es cansado, pero si pasamos cuatro días sin ellos ya los estamos echando de menos", exclama la orgullosa abuela, que tan pronto lleva a sus nietos a inglés como les da la merienda en el parque de Ferrera.

Desde el punto de vista de los niños, la convivencia con los abuelos en enriquecedora. Sin embargo, un estudio reciente del año 2017 sí detecta más problemas de peso, dieta inadecuada y menor actividad física en los niños cuidados por sus abuelos. También sufren una mayor tendencia a la exposición pasiva al tabaco, siempre según explica la AEPAP.

Según la encuesta sobre personas mayores del Imserso de 2016, el 33 por ciento de los mayores españoles colabora con su familia en el cuidado de menores. "Los abuelos adoran a sus nietos. Son felices de tenerlos y disponen de un tiempo precioso que quizá apenas tuvieron con sus hijos. Es por ello que se sienten más relajados e incluso más jóvenes y activos. Pueden transmitir sus experiencias y conocimientos y pueden convertirse en cómplices de los pequeños e incluso aprender de ellos el uso de nuevas tecnologías", reconocen los pediatras a la Asociación Española de Pediatría. Los profesionales advierten, no obstante, que esta situación puede generar tensiones si los abuelos tienen que asumir una carga excesiva. "Pueden llegar a sufrir el síndrome del abuelo esclavo", alertan. De ahí la importancia de que ahora en septiembre padres e hijos pongan los puntos sobre las íes en lo que afecta al cuidado de los menores.

"Nosotros cuidamos a nuestro nieto de vez en cuando, según los turnos de sus padres. A veces nos privamos de viajes o actividades por estar con ellos pero al mismo tiempo es gratificante", manifiesta una abuela avilesina bocadillo en mano. Una amiga del parque, también abuela canguro, añade a la conversación: "Con el primer nieto todo es muy guapo, cuando son tres o cuatro la cosa cambia. Pero hay que estar para echar un cable cuando toca". Curiosamente, muchos de los abuelos canguro consultados ayer en el parque de Ferrera tenían la misma norma impuesta por sus hijos: los niños, a jugar sin teléfono móvil.

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