Ana López Martín, directora de "El crucigrama de Jacob", y el conjunto del equipo que participó en el documental basado en el Camino Primitivo de Santiago a su paso por Asturias, vivieron ayer una jornada cargada de emociones con motivo del estreno de la obra en dos salas de los cines Odeón de Parque Astur. "Hoy es un día de vértigo en el que se presenta el esfuerzo de siete meses de trabajo concentrado en 74 minutos; tengo muchas ganas de saber lo que dice la gente", comentaba Ana López Martín, minutos antes del pase, aturdida entre el bullicio que generó la presentación.

El vestíbulo de la sala congregó a numeroso público y muchos de los asistentes quisieron fotografiarse con la directora y los protagonistas del documental que se presentará a los Premios Goya y al Festival de Tribeca de Nueva York, además de acudir a los de Gijón y Málaga.

José María Castrillo y Juan Pérez Isla, al frente del elenco de actores, no cesaban de recibir felicitaciones. Entre besos y abrazos, el segundo reconocía haber disfrutado con el rodaje, del que destaca el "buen ambiente del grupo", integrado en un noventa por ciento por miembros de la Asociación Exconxuraos, de Llanera, que se convirtieron en actores amateurs. "Hubo jornadas maratonianas, de hasta catorce horas y recorriendo 300 kilómetros al día, pero mereció la pena", añadió.

Castrillo, por su parte, ensalzó igualmente el esfuerzo del grupo y, en especial, el de la directora. "Ella ha trabajado como diez personas juntas", dijo, para resaltar uno de los objetivos del documental, "contribuir a que Asturias y el Camino Primitivo de Santiago avance".

Entre las casi cien personas que participan en la película inspirada en el libro del mismo nombre y del que es autora Ana López Martín figuran tres vecinos de Tineo y miembros de grupo de teatro municipal que coordina Marta de la Fuente. Luis Manuel Fernández Martínez, Antonio Fernández Fernández y Ramiro García Rodríguez encarnan a tres frailes del monasterio de Obona que atienden a los peregrinos. "Colaborar en este rodaje ha sido una experiencia que no se va a repetir", apuntaban al unísono los tres hombres que cuando les comunicaron que iban a participar en la obra "lo tomamos a broma", señalan para seguidamente comparar el papel de un actor de teatro con el de la gran pantalla. "Creo que es más fácil el del cine porque no tienes gente delante y no te pones nervioso", subrayaron los tres actores cuya breve intervención tuvo lugar en el interior del monasterio. Además de la localidad tinetense, la grabación, que plantea una trama de intriga, se llevó a cabo en enclaves de Oviedo, Las Regueras, Grado, Cornellana, Tineo, Salas, Pola de Allande, San Emiliano y Grandas de Salime.