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La "trama fraudulenta" del Niemeyer llega a juicio seis años después

La Audiencia decide mañana si aplaza el proceso que dará un veredicto sobre la oscura gestión de Natalio Grueso al frente del centro cultural

Fernando Burgos, abogado de Natalio Grueso desde el jueves. M. LÓPEZ

El revuelo generado en vísperas del "Caso Niemeyer", que acabó con Natalio Grueso, el principal acusado, en prisión provisional, ha dejado en un segundo plano el fondo de un caso que echó a andar hace casi seis años. La Sección Tercera de la Audiencia Provincial juzgará -ya sea en los próximos días, ya sea en una fecha aún por decidir- a cinco investigados por malversación, estafa y delito societario, bien como autores o como cómplices. Las penas que solicita la Fiscalía para ellos suman veinticinco años y tres meses de prisión, multas que alcanzan los 46.000 euros e indemnizaciones por valor de 245.000. Grueso, exdirector de la Fundación del Centro Niemeyer, afronta la mayor pena: once años de cárcel y la inhabilitación para cualquier contrato con la administración o entidades del sector público durante una década.

El fiscal Alejandro Cabaleiro cree que tras el "Caso Niemeyer" se esconde una trama fraudulenta de falsificación de facturas. En su escrito provisional de acusación, sostiene que Natalio Grueso realizó, con la absoluta confianza de la Fundación del Centro Niemeyer, sabedor de la "falta de supervisión y control económico" y con la ayuda y colaboración del exagente de viajes J. M. R. V., "una serie de gastos, unos totalmente ajenos a la Fundación (de ocio) y otros de dudosa vinculación, que cargó al presupuesto del Niemeyer". Para ello, prosigue, ambos bien "crearon facturas totalmente falsas" bien "alteraron sus conceptos" con el fin de que "no se reflejasen en las cuentas anuales" de la entidad o que lo hiciesen "bajo conceptos ficticios".

Cabaleiro considera que J. M. R. V. es supuesto autor de un delito de estafa y cooperador de otro continuado de malversación, ambos en relación con delitos continuados de falsedad. Por todo esto, pide para él ocho años de cárcel, multa de 15.000 euros y el pago de una indemnización de 80.0000.

La Fiscalía detalla en su escrito de conclusiones 24 facturas por servicios de viajes realizados por la exmujer de Grueso, J. P., "sin que ésta tuviese vínculo laboral alguno con la Fundación, que encubrían viajes de naturaleza personal y basados únicamente en su condición de esposa" del director del Centro Niemeyer. Entre ellas, hay vuelos a París, El Cairo, Nueva York, Qatar, Roma y Los Ángeles. Ella declaró en su día que jamás se benefició de la Fundación que dirigía su entonces marido y que colaboró en la gestión de forma "desinteresada". Pero la acusación pública, la exmujer de Grueso es cómplice de un delito continuado de malversación y solicita para ella una pena de dos años y seis meses de cárcel y una indemnización de 65.000 euros.

El fiscal, como en su día denunciaron los actuales gestores del complejo cultural, también concluye que hay "facturas por servicios de viajes realizados por personas ajenas laboralmente a la Fundación y basados únicamente en su condición de familiares o amigos de personal de la entidad o del secretario del patronato" (el abogado José Luis Rebollo, también investigado).

Cabaleiro sostiene que Grueso y J. M. V. R., junto con la participación de Rebollo a partir de 2009, actuaron de forma irregular con la facturación de Viajes El Corte Inglés (principal proveedor del Niemeyer) para "que se pudiesen presentar al patronato unas cuentas lo más saneadas posibles y ocultar el concepto de los gastos reales". Entre otras cosas, añade, destruyeron y sustituyeron una serie de facturas para "no destacar los costes reales que para la Fundación tenía el apoyo económico a la película del cineasta Woody Allen la película 'Vicky Cristina Barcelona'" (varias escenas se rodaron en Asturias). Todo esto desembocó en que el 31 de diciembre de 2011 la Fundación del Niemeyer presentaba un patrimonio neto negativo de 2,8 millones de euros y un capital corriente negativo por importe de 1,3 millones, lo que motivó finalmente la declaración de un concurso voluntario de acreedores.

Por todo esto, Cabaleiro ve a José Luis Rebollo cooperador necesario de un delito societario continuado y pide para el letrado una pena de dos años y tres meses de cárcel.

El exjefe de producción del Centro Niemeyer, Marc artí, también se tendrá que sentar en el banquillo. Le piden un año y seis meses como cómplice de un delito de malversación. El fiscal concluye que Grueso le entregó "9.000 euros sin justificación alguna".

Además de la Fiscalía, en el caso hay otras dos acusaciones personadas: la Fundación del Centro Niemeyer, representada por el penalista Alejandro Riera, y Foro Asturias, a cargo de la letrada Teresa Domínguez. Riera solicita para Grueso 15 años y seis meses de cárcel (4,5 más que la Fiscalía); para J. M. R. V. pide nueve, tres para Rebollo y J. P., y año y medio para Marc Martí. Además, reclama casi tres millones de euros a Grueso y su equipo. Foro Asturias pide la mismas penas que la Fiscalía salvo para Grueso, para el que solicita trece años de prisión. Los abogados defensores han mantenido hasta el momento que sus clientes no han cometido delito alguno, y a expensas de lo que ocurra en el juicio solicitarán la absolución.

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