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NACHO GARCÍA | Músico, debuta en la literatura con el libro "Este lamentable momento"

"Me ha resultado mucho más fácil escribir un libro que grabar un disco"

"No sale muy rentable publicar en una editorial comercial: se iba a llevar el poco dinero que gane"

Nacho García, en Sabugo. MARA VILLAMUZA

Nacho García (Oviedo, 1976) llega al lugar de la cita, la terraza de una cafetería de Sabugo, y pide un mosto. Viene a hablar de su libro, del primero de los suyos. Lo ha titulado "Este lamentable momento" y lo distribuye bajo petición, desde su página de Facebook. García, hasta ahora, era únicamente cantautor. Tiene discos con títulos contundentes -"Aviadores", "El poder fáctico" o "Váyase la luz"- y letras principales. Que se presente como escritor ahora supone sólo un episodio más de su evolución personal como artista.

- ¿Cuándo se dio cuenta de que tenía material para hacer un libro?

-Buah, hace ya como tres años. Una cosa así. En "Ese lamentable momento" hay cosas escritas en 1998. A partir de ahí, todo lo demás. Hubo una temporada en que estuve con los discos y estuve muy parado. En estos últimos tres años reuní todo lo que tenía anterior, empecé ya a maquetarlo y haciendo una composición de todo. Así que fui reuniendo, sí, más textos, más poemas, ya con la idea de publicar.

- Escribe canciones, pero aquí hay prosas. ¿Cómo pasa de uno a otro género?

-Tanto mis prosas como mis canciones guardan similitudes: son muy parecidas. Lo que me da la prosa es mucha más libertad. Mis canciones pueden ser narrativas, pero nunca lo serán tanto como las propias prosas. La prosa es mucho más libre. La poesía incluida en el libro no responde tampoco a ningún esquema.

- Pero sí a su mundo, el que sale en sus discos.

-En los discos se confunden persona y personaje. Eso también pasa aquí. Hay una línea muy fina entre realidad y creación: hay mucha ficción. De acuerdo, en alguno de los escritos estás viendo a Nacho García y cuando sucede eso me doy cuenta de que pasa igual con los discos. "Este lamentable momento" es el título que iba a llevar mi próximo disco. Lo tenía ahí guardado. ¿Para qué lo iba a seguir guardándolo? Igual no saco más discos, por lo que sea... Con esto se lo digo todo: era un título para un disco.

- ¿Compositor o narrador?

-En otra ocasión le dije que veía la música como un soporte para los textos que escribía. Ahora no le sabría decir: estoy en un punto medio entre la literatura y la música. Lo que sí sé es que me ha resultado mucho más fácil escribir un libro que grabar un disco. Escribir y ordenar es, más o menos, una cuestión de maquetación...

- En su libro sale Avilés.

-Como en mis canciones. Me gusta hacerlo mucho. Tengo vistos a cantautores de aquí -de Oviedo, Gijón, Avilés- hablando de la Gran Vía de Madrid, como si fuera algo propio de ellos. Lo propio para mí es Aceralia, Mieres o las chimeneas.

- O la calle Rivero.

-Es que vivo en Rivero y no en Gran Vía y salgo por los bares de aquí y no por los de Malasaña. La honestidad es escribir sobre lo que te rodeas. ¿Qué vas a contar de un sitio en el que no vives?

- Dice que ese personaje que sale en sus textos es una ficción. No sé.

-Hombre, ya le dije que había una línea muy fina entre el personaje y yo mismo. En "Lo inevitable", por ejemplo, hay mucha realidad, pero también muchas escenas que no son reales. Aquí, en el libro, pasa un poco lo mismo: hay escenas bizarras, digámoslo así, que sí que son ficción. Otras que no. Cuando escribo del coche y de la fiesta, no todo lo que cuento es lo que se estaba cociendo dentro de él.

- ¿Qué debe tener la realidad para que pueda ser ficción?

-Parto de la realidad y, tirando de ficción, compongo el relato. Pero, creo, este no es un libro de relatos o de poesía; es un libro misceláneo, un conjunto. Leyéndolo todo completo, te haces a la idea de cómo es el personaje, que tampoco es que sea yo.

- Tiene mucho de Hank, el de Bukowski.

-Mucho. De hecho, este último año he vuelto mucho a Bukowski, pero también de Ray Loriga: "Tokio ya no nos quiere" es una novela muy influyente. Cuando la leí, me impactó bastante. Me gustó mucho la forma de escribir, el modo en que plantea el tema de las drogas, de un futuro no demasiado lejano, pero bastante apocalíptico. Lo de Bukowski es su forma de escribir: sintetizar tanto, tanto, tanto hasta llegar a decir mucho en una sola frase. Eso es difícil. También está Michel Houellebecq, lo último de lo suyo. "Las partículas elementales", el nombre de mi banda, viene de uno de sus libros.

- Imagino que lo más difícil ha sido ordenar los textos.

-Sí, sí, la verdad es que sí. Reuní dos bloques al final y luego ha sido como ordenar un disco: tienes doce o trece canciones y cada una de ellas tiene una intensidad distinta; hay una que está bien para empezar y otra para acabar. En el medio tienes que subir o bajar dependiendo de la anterior. Ha sido cuestión de intensidad. No hay que meter cosas muy tristes muy seguidas. Luego hay fotografía también. Pensé en meter ilustraciones, pero lo deseché porque dependía de terceros. Soy muy perfeccionista, igual que para los discos, si tengo que depender de una tercera persona...

- Esta es una edición de autor.

-La idea es acabar esta primera edición. Tal y como la estamos vendiendo, pienso que para diciembre estará terminada. A partir de ahí igual me planteo ir a una editorial comercial. No lo tengo muy claro porque la verdad es que no sale muy rentable: se iban a llevar el poco dinero que gane.

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