El gobierno local ha ordenado a los propietarios de la granja de La Menudera, en Cancienes, arreglar todos los desperfectos de las edificaciones que la conforman. Este requerimiento llega después de la denuncia de una protectora de animales y del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) no solo por el mal estado de los animales sino también por la situación del establo donde se guardan las reses, que amenaza con caerse. Además, uno de los edificios es un hórreo, que también amenaza ruina y que tiene una protección especial por parte del Principado.

La resolución de Alcaldía ordena, concretamente, "restituir las condiciones asociadas al cumplimiento del deber urbanístico de conservación, mediante la realización de las obras de conservación o reparación de edificios o construcciones deterioradas o en condiciones deficientes para su utilización efectiva". De incumplir el mandato, los propietarios podrían afrontar multas, e incluso una ejecución subsidiaria -el Ayuntamiento realizaría la obra cargando los gastos a los responsables de la finca- para evitar que las edificaciones se declaren en ruina. Un técnico del Ayuntamiento ha estado ya en la zona para realizar un estudio de las actuaciones necesarias para salvar las estructuras que la conforman para, posteriormente, hacérselo saber a los dueños.

En la finca corverana continúa habiendo animales, empezando por las vacas que se cobijan en un establo cuyo techo está medio derruido. La protectora Anadel, que se encargó junto con el Seprona del rescate de los perros que se encontraban en pésimas condiciones de salud e higiene a principios de agosto, sigue a la espera de una solución para el resto de animales de la granja -vacas, caballos y aves de corral-, además de para los dos canes que todavía no han podido ser rescatados, ya que huyen de los humanos.

Se han tramitado varias denuncias contra los propietarios, una de ellas por presunto maltrato animal y desde la protectora esperan que se tramiten medidas cautelares que les permitan sacar a las reses mientras avanza el proceso judicial. "Los trámites de todas las denuncias que interponemos -no solo en el caso de La Menudera- van demasiado lentas y están muriendo animales. Hay algo que tiene que cambiar", sostiene la responsable de la protectora, Elena López, que recuerda que las vacas de la granja de Cancienes son una prueba judicial y tienen que tener garantías de conservación.