La firma avilesina Conservas Laurel ha sacado ya al mercado 42 productos y platos preparados. Sus ofertas estrella son las fabadas, los chorizos a la sidra y el pastel de cabracho, pero la incorporación de platos en su carta es constante. Sus últimos lanzamientos, que acaban de salir de las nuevas instalaciones del parque empresarial avilesino, son las verdinas con vieiras y las fabas con pitu caleya. La firma también se va haciendo hueco en el mercado internacional, con ventas a América Central, Francia y Reino Unido. El último encargo con destino al extranjero salió hace unos días hacia Australia.

La conservera avilesina, que echó a andar como cocedero de pulpo en la rula local hace veinte años, se ha mudado a una nave de unos 500 metros cuadrados del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA). Este negocio artesanal que fundó José Manuel García Fernández, ahora en manos de sus hijos Elma y Daniel García Ferreras, es uno de los beneficiarios de los préstamos que concede el Ayuntamiento de Avilés a través de La Curtidora. La alcaldesa, Mariví Monteserín, visitó ayer la nueva sede de Conservas Laurel junto al concejal de Promoción Económica, Manuel Campa, y a la directora del Centro de Empresas La Curtidora, Ana Lamela. "Esta es una experiencia exitosa que se ha beneficiado de nuestro plan de emprendimiento", señaló la Regidora.

En la conservera avilesina, que tiene cinco empleados, se cocinan platos de lo más variados: patés, bonito en escabeche de sidra, costillas de cerdo en salda barbacoa, fabas con pulpo, pote. La materia prima es "producto cien por cien asturiano" (las fabas, por ejemplo, son Denominación de Origen IGP). "Los presupuestos participativos nos han ayudado a realizar esta inversión, a consolidar la empresa y a obtener certificados alimentarios que nos permitan crecer y exportar", aseveró Daniel García Ferreras, que ya barrunta los próximos platos que saldrán de la última conservera avilesina.