La fuente y lavadero de Fumañeda, así como su espectacular entorno, van recuperando el esplendor del pasado gracias al trabajo de los vecinos de la parroquia de Santolaya y de la Asociación Fumañeda, así como el Ayuntamiento de Gozón, a los que ayer se sumaron voluntarios de la Fundación Alcoa. Esta fundación, además, aportará 3.000 euros para colaborar en los trabajos, un alivio para los vecinos, que corren con gran parte de los gastos.

Además de la recuperación del lavadero, "la intención de la asociación", explica Erika Álvarez, "es recuperar también la zona para recreo de los vecinos". Para ello, también tienen que reparar el camino de acceso, que ahora están acondicionando operarios del Ayuntamiento.

Los jóvenes Mateo Tuñón y Álex Aguilera, de 9 y 10 años, ejercieron ayer de guías, con un gran conocimiento del trabajo e historia de la fuente. "A diferencia de otras fuentes, no hay caño y el agua sale pegada a la pared", explica Mateo. "Para llenar los calderos, hay que utilizar una hoja doblada a modo de grifo", explica y demuestra. Este joven vecino de la parroquia también enseña las distintas zonas para lavado y aclarado de la ropa, así como el abrevadero y las conducciones del agua entre ellos. "Hay que tener clara la zona de lavado y la de aclarado para que no llegue el jabón al agua de aclarar", avisa.

Álex señala la inscripción en la fuente: "14 de marzo 1951. Mino", referente a "la fecha del último arreglo de la fuente y el nombre del hijo del albañil que lo hizo", enseña.

Mientras los voluntarios de Alcoa y los vecinos prosiguen con la limpieza y desbroce de la zona, Mateo y Álex explican la importancia del camino de la fuente, ya que "además, unía los barrios de El Calero y Susacasa antes de que se hiciese la carretera que va por arriba". También comentan que, una vez acabados los trabajos, la evacuación del agua al río Raposo formará un humedal en el que "queremos tener patos".

Los trabajos avanzan a buen ritmo y los guías aseguran que Fumañeda será bien conocida.