El salón de actos del Museo Marítimo de Asturias se llenó ayer para la presentación del libro "Naufragios, abordajes y percances de la Marina Mercante asturiana. 1845-2000", obra del director del centro museístico, José Ramón García, que fue presentado por el alcalde de Gozón y capitán de la marina, Jorge Suárez. Una obra que repasa 352 incidentes destacables de una marina que ya no existe. "Ya no hay marina mercante en Asturias. Primero, por el segundo registro en Canarias, con ventajas fiscales. Y ahora, ni el registro canario, todos navegan con banderas de conveniencia", explicó el autor.

El interés en esta obra no se centró en éxitos, sino, de alguna manera, en fracasos. "Me llamó la atención el número de incidentes que había. Los barcos tienen tres finales: naufragan, se desguazan o se venden. Y naufragios hay muchos". También muchas ventas, especialmente, "tras el boom de construcciones de los años 80". "Luego los navieros no pudieron hacer frente a los créditos y hubo que vender los barcos al extranjero. Incluso intervino el gobierno español", indicó.

El naufragio más antiguo recogido por José Ramón García en su libro data de 1845. "Es la goleta 'San Juan Bautista', que viaja de Gijón a Málaga con carbón, manteca y sardina prensada. A la altura de Luarca, el mal tiempo lo obliga a buscar refugio en Luarca, pero no lo consigue. Lo intenta al abrigo de Peñas, tampoco. En Luanco, tampoco. Finalmente, llega a Gijón, pero naufraga en la barra", destacó.

El más trágico se produjo en 1848. "Se trata de la fragata 'Juliana', de armadores avilesinos, en viaje de La Habana a Gijón con carga y pasaje. A dos leguas de Gijón, es sorprendida por un temporal. Sólo se salvaron cinco de los más de cien tripulantes y pasajeros", subrayó. En 1861, se da "un ejemplo de lucha titánica: la polacra-goleta "Leonides", de 16 metros de eslora, sale el 22 de agosto del puerto noruego de Christiansund con bacalao. El 6 de septiembre se ve obligada a arribar a Lowestoft, en Inglaterra, y no puede salir hasta el 18, pero el 20 de nuevo arriba a Dover. Allí permanece hasta el 3 de octubre, que sale rumbo a España. El 15, mar gruesa. Avista la farola de Peñas, pero no puede ir a Gijón y tiene que entrar en Avilés. En total, dos meses de navegación".

José Ramón García identifica dos zonas muy peligrosas: la bocana del puerto de Santander y la del de Avilés. "Es normal que las bocanas sean zonas conflictivas porque son las que más tráfico tienen", explicó. "Aunque en Bilbao no hay problemas porque es una entrada muy buena", añadió.

En un resumen del libro presentado ayer, se ve que: "De los 352 casos recogidos, 268 terminaron en pérdida total del buque. En 50 de ellos, hubo víctimas, que en total ascendieron a 450 o 500, cifra aproximada porque de algunos de ellos no se conoce el número de tripulantes".