María Bofill y Madola, dos relevantes ceramistas del panorama artístico español, se encuentran en Avilés impartiendo un taller sobre la organización de las ideas y el espacio de cara al montaje de una exposición o una instalación. Ante un grupo compuesto por una veintena de ceramistas, pintores y profesionales vinculados a la creación en 3D, las ponentes desgranaron el proceso a seguir "partiendo de una idea que nos rueda por la cabeza hasta la presentación al público", indicaron. Durante la charla recomendaron "buscar información bibliográfica, realizar dibujos que plasmen la idea, hacer maquetas o prototipos, hablar de los procesos de trabajo, conseguir planos del centro expositivo, dar nombre a la muestra, atender cuestiones como el transporte y el seguro de la obra y plantear la elaboración de un catálogos".

María Bofill y Madola, mujeres que irradian energía y buen humor, también están aprovechando su estancia en Avilés para hablar de pintura y cerámica, intercambiar experiencias con otros profesionales y, asimismo, contemplar las obras que se exhiben en las tres exposiciones inauguradas en la Escuela de Cerámica con motivo del 35 aniversario de su fundación.

"Hay un resurgir de la cerámica en España y en Europa en general", apunta María Bofill, autora de piezas de pequeño formato en las que representa el mar, las olas, las nubes, el cielo, las montañas o los edificios. "En un momento en que las nuevas tecnologías lo tienen todo copado, salen las artes de las manos", añade Madola, artista que vive a caballo entre la pintura y la cerámica y cuyas instalaciones pueden encontrarse en diferentes espacios públicos de dentro y fuera de su Barcelona natal.

Ambas se muestran muy optimistas ante el futuro de la cerámica y depositan toda su confianza en las nuevas generaciones, que cuentan con escuelas para formarse, dicen. A la hora de citar geografías referentes en esta disciplina posan la mirada en Inglaterra, Francia y Alemania, países con una tradición cerámica muy arraigada, comentan, para también referirse a las piezas de utilidad. "Si se hacen objetos útiles, lo tienen que ser de verdad, con el asa adecuada si se trata de una taza y sin formas que dificulten o imposibiliten su uso", observa María Bofill, autora de esculturas que seducen la retira del experto y también del profano por su lenguaje casi poético.

La relevancia que ha adquirido el diseño en el mundo de la cerámica de uso cotidiano es visto con buenos ojos por las artistas catalanas, "algo que podemos ver, por ejemplo, en los restaurantes, con platos y todos tipo de piezas bien hechas", manifiestan en un descanso del taller que continúa hoy con la elaboración, por parte de los alumnos, de maquetas a escala 1:10 y el planteamientos de las propuestas personales en el plano de la sala del Centro Municipal de Arte y Exposiciones.