La visita de la delegación de Castrillón al municipio de Eysines, en la conurbación de Burdeos, concluyó ayer con el deseo mutuo de profundizar en los lazos del hermanamiento. Los aproximadamente 40 integrantes del grupo asturiano visitaron por la mañana el mercado de productos locales y artesanales de Migron, en el centro de la localidad francesa, un municipio de poco más de 22.000 habitantes. Fue tan sólo uno de los muchos actos de confraternización de un fin de semana de diversión.

La banda de gaitas amenizó el mercado entre la sorpresa y la simpatía de quienes se encontraban en él. Tras la comida en el centro de Burdeos, la capital mundial del vino, estaba previsto que la banda desfilara por el centro de Burdeos interpretando temas del folklore regional, pero no fue posible por la intensa lluvia que cayó sobre la capital de Aquitania durante toda la tarde. Representantes de Eysines y Castrillón consideran un éxito haber mantenido este encuentro anual -los años pares en Francia y los impares en Asturias- durante 38 años.

En la jornada del sábado, la delegación de Castrillón visitó una bodega familiar y artesanal del Alto Medoc y, posteriormente, fue recibida por el alcalde de la pequeña población de Lamarque, Dominique San Martín, nieto de un republicano asturiano refugiado en Francia. Pudieron ver el estuario de la Gironda, donde desembocan los ríos Garona y Dordoña, y que está rodeado de viñedos del mejor vino Burdeos.

En la recepción oficial de intercambiaron regalos entre los dos Ayuntamientos y los comités de hermanamiento. La alcaldesa de Eysines, Christine Body, recalcó la importancia de estos intercambios frente al avance del populismo xenófobo en Europa. En el mismo sentido los concejales de Castrillón insistieron en la idear de potenciar el hermanamiento especialmente entre los jóvenes. Con la delegación viajan los ediles Soraya Casares, Montserrat Ruiz y José Antonio Fernández.

La jornada concluyó con los sones de las gaitas y una queimada preparada por los castrillonenses.